Sobre la muerte del supuesto narcotraficante José Figuero “Kiko La Quema” por parte de la Policía, en Cambita, San Cristóbal, la antropóloga Tahira Vargas dijo que surgen múltiples interrogantes, tras señalar que en esas actividades hay mucha competencia de poder, luchas de intereses, muchas rivalidades.

No es la primera vez que sucede, otros con historiales oscuros también han perdido la vida en circunstancias similares, “no se investiga nada y todo queda impune”.

Desde su punto de vista, podría ser el ajusticiamiento de este tipo de figuras una estrategia para que nunca se conozca sobre todas las redes que están detrás de esa operatividad.

“Matan a Kiko La Quema, entonces, cuál era la red que tenía, quiénes la integraban, cómo se conectaba con otras redes delictivas, cómo se conectaba con la misma Policía, qué recibía la Policía de este delincuente y por qué en ese momento deciden ajusticiarlo”, se cuestionó la experta en el comportamiento humano.

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A su entender, se “abortan” los procesos judiciales cuando matan a un delincuente.

“Será otro caso que quedará impune; nunca se sabrá que pasó detrás de esa trama delictiva, por qué lo mataron”, concluyó.

Decenas de personas de Cambita Garabitos, provincia San Cristóbal, lamentaron la muerte de José Antonio Figuereo Bautista “Kiko La Quema”, quien era perseguido por la Policía, acusado de múltiples delitos, entre ellos, homicidios, robos, secuestros, sicariato, microtráfico, extorsión, tráfico de armas y lavado de activos.

La gente aseguraba que tenía a “raya” a los delincuentes.

Afirmó que el apoyo popular manifestado, en el sepelio es consecuencia de un patrón de conducta “repetido en personas que se dedican a actividades ilícitas o en conflicto con la ley”, a fin de establecer redes de apoyo y de aceptación en las comunidades donde operan.

A modo de ejemplo, citó el caso de los procesados por narcotráfico Quirino Ernesto Paulino y Florián Féliz (fallecido), quienes, en su momento, recibieron apoyo de sus comunidades. “Son personas que utilizan parte de los recursos que consiguen para, en parte, establecer redes de apoyo”, puntualizó.

En ese contexto, hizo referencia también a un estudio que realizó en San Francisco de Macorís, provincia Duarte, en el cual se pudo establecer que personas que se dedicaban al tráfico de drogas invertían en la comunidad.

“El hecho de que este señor (Kiko La Quema) se haya convertido en una figura popular no es nuevo, es un fenómeno recurrente en muchas personas que se dedican a este tipo de actividades. Además es parte de un patrón asistencialista”, acotó Vargas.