En la cuatro veces centenaria iglesia conventual Regina Angelorum, de nuestra Ciudad Colonial, la embajada de Alemania presentó un memorable “Concierto de Verano”, a cargo de la Filarmónica Appassionato, dirigida por el maestro Alberto Rincón, y en el que participaron la soprano alemana Christine Reber y el tenor dominicano Enrique Pina. El entrañable atrio colmado de un público expectante, dio la bienvenida a la juvenil orquesta y a su director.

Las primeras notas introductorias de la Sinfonía No.1 de Beethoven, se expanden lentamente, es el “Adagio Molto”, una especie de preludio, luego la música surge con energía, en el “Allegro con brio”, la orquesta responde a la precisa batuta del maestro Rincón.

La entrada de la soprano Christine Reber es recibida con alegría, acorde con la pieza a interpretar, “Rejoice” –Regocijarse, alegrarse- de Georg Friedrich Händel. La hermosa voz de Christine se luce con coloraturas alargadas, enfatizando el sentimiento de alegría, luego se torna melancólica, la vocalista canta sobre la paz, terminando “Rejoice” en un interludio orquestal.

A continuación escuchamos la conocida romanza “No puede ser” de la zarzuela “La Tabernera del Puerto”, de Pablo Sorozábal en la que Enrique Pina destaca por el atractivo timbre de su voz y su buen fraseo.

La música de inspiración religiosa de Amadeus Mozart, inunda el atrio, la soprano canta el primer y tercer movimiento del Motete religioso, “Exsultate” y luego, “Laudate Dominum”.

En cada pieza Christine Reber muestra su depurada técnica para alcanzar notas altas y bajas y pasajes rápidos y floridos. Una de las arias más famosas y exigentes, “Nessun Dorma” –Que nadie duerma- de la Opera “Turandot” de Giacomo Puccini, lleva a nuestro tenor Enrique Pina a un momento estelar, recibiendo prolongados aplausos.

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Regresa Christine Reber, e interpreta de la Opera bufa “Gianni Schicchi”, de Puccini, la emotiva aria “O mio Babbino Caro”, y luego se convierte en “Carmen” la gitana, y canta la famosa “Habanera”, de la ópera de Bizet, logrando con su versatilidad emocionar al público, que le aplaude calurosamente.

Encendido el ambiente, el calor de nuestro verano se deja sentir con la “Bilirrubina”, de Juan Luis Guerra, y luego con “Mangulina de Concierto” de Luis Rivera, ambas piezas con magníficos arreglos orquestales del maestro Caonex Peguero.

Los contagiosos ritmos de nuestro folclore se apoderan del público, y en medio de la euforia, todos hacen una pausa, se escuchan entonces los primeros acordes del “Brindis” del primer acto de la famosa Opera “La Traviata” de Giuseppe Verdi, que une en un dueto impactante, las voces de Christine Reber y Enrique Pina. Emocionado, el público levanta su copa imaginaria y se une al brindis. Agradecemos a la embajada de la República Federal de Alemania, por hacer posible este concierto.

Felicitaciones a la Filarmónica Appassionato, a su director Alberto Rincón, y a los solistas que, con sus maravillosas voces, hicieron de esta velada una noche inolvidable.`