Es la condena más larga aplicada a disidentes y críticos del gobierno del presidente Daniel Ortega en dos años
La justicia nicaragüense condenó el viernes al obispo católico Rolando Álvarez a una pena de 26 años y cuatro meses de cárcel y le quitó su nacionalidad, según fuentes oficiales en Managua, un día después de que el líder religioso se rehusara a volar a EEUU con los otros 222 liberados el jueves.
La condena impuesta por el magistrado Octavio Ernesto Rothschuh, de la corte de apelaciones de Managua, que es la más larga aplicada a disidentes y criticos del gobierno del presidente Daniel Ortega en los últimos dos años. Álvarez fue detenido en agosto junto a otros sacerdotes y ciudadanos.
Ortega dijo el jueves por la noche que Álvarez se negó a abordar el avión con destino a Washington sin antes consultarlo con otros obispos. Ortega lo consideró como “absurdo”.
El presidente dijo que Álvarez, que estaba hasta ese momento bajo arresto domiciliario, fue trasladado a la cárcel cercana de Modelo. Su sentencia estaba programa para la próxima semana.
Álvarez era uno de las figuras religiosas más destacadas que aún han permanecido en Nicaragua en un contexto de aumento de la represión de Ortega contra la oposición.
Consultada por AP, la abogada Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), dijo que el juez “agregó arbitrariamente y a última hora” nuevos delitos contra monseñor Álvarez que no estaban incluidos en la sentencia inicial. La sentencia original mencionaba los delitos de “conspiración” y “propagación de noticias falsas”, a los que sumaron luego los cargos de “obstrucción de funciones agravadas” y “desacato a la autoridad”.
El Cenidh reprobó vía Twitter “el odio y las descalificaciones con las que Daniel Ortega se refirió a monseñor Rolando Álvarez” y advirtió que ello “representa un riesgo adicional” para él.