Condiciones escuela Fray Ramón Pané no permiten iniciar año

Condiciones escuela Fray Ramón Pané no permiten iniciar año

POR MARIEN A. CAPITAN
Debido a que tiene paredes agrietadas, suelos hundidos, butacas deterioradas y ventanas rotas o inexistentes, en la Escuela Fray Pané decidieron no iniciar el año escolar el lunes pasado: las condiciones del plantel, aseguran los maestros, no son aptas para la docencia.

Temiendo que en algún momento las paredes puedan ceder, los docentes se sienten indignados porque hace más de un año Educación detuvo las labores de reconstrucción de la escuela.

A pesar de la situación, el director interino, Hilario Urbano Marrero, sostuvo que podrían reiniciar la docencia a más tardar el próximo lunes. Para ello, señaló, están trabajando actualmente.

RECORRIENDO EL LUGAR

Echar un vistazo por la Escuela Fray Ramón Pané, que data del año 1976 y para este año escolar tendrá 1,874 alumnos, es confirmar cómo el tiempo es capaz de destruir aquello que no se cuida: mientras las cicatrices se suceden por paredes y vigas, los techos dejan caer la pintura sin remedio. Como en el otoño, aquí todo parecería perderse al calor de una ráfaga de viento.

Quizás fue ella la que se llevó algunas persianas de lo que una vez fueron ventanas. Que, en otros casos, se llevaron de cuajo las ventanas dejando en su lugar un enorme agujero por el que los niños pueden entrar y salir.

Lo mismo sucede con las puertas: en muchos casos no queda un marco, ni un dejo de madera, ni una bisagra ni un tornillo. Por no quedar, no queda tan siquiera una pared que esté medianamente pintada.

Tampoco aparece un techo sin filtración (hay un aula que ya tiene las vigas al aire), un aula sin butacas maltrechas ni un escritorio que pueda guardar un poco de discreción: con sólo verles su edad sale a relucir.

Pasando a las instalaciones sanitarias, hay que destacar que dos de los tres baños están completamente tapados. El tercero, con los sueños hundidos, representa una invitación a una caída casi segura. Por otra parte, los baños cuentan con ingrediente extra: no tienen puertas. 

Amén de todo esto, hay aulas en las que la oscuridad es muy latente. En otras, sin embargo, la luz está encendida permanente (24 horas, sí, a pesar de que hay que ahorrar combustible). ¿La razón de esta situación?  Las instalaciones eléctricas están dañadas, por lo que en un ala de la escuela no pueden encenderse las luces mientras que en la otra no se atreven a desconectarlas por miedo a que luego no quieran volver a prender.

Pese a este panorama, la esperanza está latente: Educación les está construyendo las aulas del nivel inicial, por lo que contarán con un nuevo espacio que contrastará con el que ya existe.

LA SITUACION DE LA DIRECTORA

Amén de la infraestructura, que desalienta  maestros y hace que se sientan mal por tener que continuar trabajando en un espacio que se está casi cayendo a pedazos, en la Fray Ramón Pané también existe una situación conflictiva a nivel de la dirección.

El asunto, explicó la profesora Milagros Maldonado, es que desde febrero pasado suspendieron a la directora del plantel, Xiomara Santana, quien aún cumple su horario en los pasillos de la escuela.

Como no había razón ni motivo para suspenderla, pusieron a Hilario Urbano Marrero, que era director de la Escuela Mi Segundo Hogar, ubicada en el kilómetro 11 de la Autopista Duarte, como director interino.

Mientras el asunto se resuelve, Maldonado asegura que todos los profesores del centro se sienten incómodos ante la situación. “Eso ha ocasionado un problema emocional para nosotros. Es muy problemático porque no tenemos estabilidad: la dirección anda desubicado”.

Para los maestros el haberle suspendido las funciones a la directora obedece a una motivación política. “Ellos (las autoridades) no han dicho nada, no han dado una razón; simplemente dicen que es por venganza”, comentó otra maestra.

Por  venganza o no, lo cierto es que en Escuela Fray Ramón Pané los problemas parecen sobrar. Con una infraestructura débil, un director que no es el director y con butacas que se utilizan porque no queda más remedio, no queda más que decir.

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