El que creyere en Jesús no será avergonzado y estable permanecerá
De alguna manera, muchas personas sienten alegría porque el 2020 finalizó y tienen cifradas sus esperanzas en el año 2021, imaginando que todo será diferente, por un cambio de fecha.
Evidentemente, esto es preocupante. Poner la esperanza en señales vacías nos hace aferrarnos a ilusiones irreales. Es de común conocimiento que enfrentamos tiempos de “malas noticias” y nos urge conocer cómo podemos seguir hacia adelante, a pesar de las peores tribulaciones.
Hay una sola manera para ello: poniendo nuestra confianza en el dueño de todo ser viviente, en Jesús (Yeshúa), el único capaz de sustentarnos, quien ha dicho que es nuestro refugio y protección, en todo momento.
¿Cómo lograrlo?
En primer lugar, confesando con nuestra boca que Dios, Jesús, vino a la tierra, disminuyendo Su honra, que entregó Su cuerpo, derramando Su sangre, al ser clavado en un madero.
En segundo lugar, creyendo en el corazón que Él resucitó de entre los muertos. Solo así serás salvo y entonces, darás inicio a una vida totalmente diferente, donde la seguridad y la paz permanecerán, de manera inequívoca y constante, en tanto transitas por el camino de la instrucción contenida en las Escrituras, el manual de vida, la luz que alumbra el caminar, que te es revelada a través del Espíritu de santidad, que viene a ti, como regalo del cielo.
Esta es la verdadera esperanza. El que creyere en Jesús no será avergonzado y estable permanecerá, porque en Él ha confiado.
Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no temerá que llegue el calor, y sus hojas estarán siempre verdes. En época de sequía no se angustiará, y nunca deja de dar fruto. Él siempre estará cerca de quienes lo invocan en verdad.
Se trata de atender a Sus mandamientos, de poner por obra Su instrucción. Este modo de vida nos hace prosperar y transitar por esta tierra, con una sensación de seguridad y de paz. Definitivamente, ¡Dichoso es quien confía en el Mesías! ¡Grande es la bondad, que Él atesora para los que le temen (obedecen) y para quienes en Él se refugian! Seamos esforzados y valientes en cumplir lo ordenando por Dios, en las Escrituras.