Mientras muchas partes del mundo sufren calor e incendios en agosto de 2023, una isla resiste. Puede parecer un lugar común, pero el Reino Unido está viviendo un verano desastroso, con lluvia y frío. Como consecuencia, hasta las focas se preparan para el invierno.
Las focas del Santuario de Cornualles, refugio de mamíferos heridos, han empezado a mudar. Se trata de un fenómeno que se produce todos los años, cuando las focas cambian el pelaje de verano por el de invierno, y que se espera mucho más avanzado el año.
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Récord de humedad
Según los cuidadores del refugio, las focas «han renunciado a la idea de tener un verano» este año, después de uno de los meses de julio más húmedos de los que se tiene constancia y temperaturas muy por debajo de las normas estacionales, probablemente como consecuencia de los trastornos climáticos.
Para las focas salvajes, esta muda requiere mucha energía en una época del año inadecuada, ya que este verano aún podrían producirse olas de calor. No es la única anomalía observada en las focas. Desde hace algunos años, la época de apareamiento empieza cada vez antes, y las crías de foca, o marsupiales, aparecen ya en agosto en vez de en septiembre.
Un desfase
Una vez más, este retraso se debe al calentamiento global, pero los nacimientos se producen en plena temporada turística. El Santuario de Cornualles recuerda a los paseantes que no se acerquen a las focas de pelo blanco, que podrían ser rechazadas por sus madres y morir de hambre.