Pregunta de la lectora: Soy una madre sobreprotectora. Desde que mis hijos nacieron me he dedicado a ellos, incluso dejé de salir. Me he olvidado de mí. Mi mejor amiga dice que cuando tengan que separarse de mí pueden experimentar ansiedad y que mi actitud tendrá repercusión en sus vidas adultas de pareja. ¿Qué opina al respecto?
Respuesta de la terapeuta: Entiendo su preocupación y la de su amiga. La dependencia entre la madre y sus hijos se entreteje de manera imperceptible porque se justifica como cuidado y protección.
El trastorno de ansiedad por separación se presenta mediante un miedo excesivo e inapropiado de separarse de las personas con quienes se ha creado apego.
Según los criterios del Manual Diagnóstico y Estadísticos de los Trastornos Mentales (DSM-5, 2014), el miedo, la ansiedad o la evitación son persistentes y duran aproximadamente cuatro semanas en niños y adolescentes, y seis o más meses en adultos, por lo general.
Algunas características del trastorno generado por la separación delas figuras de mayor apego son malestar excesivo y aumento de la preocupación ante una posible pérdida. Igualmente, temor a que a la persona le ocurra algún daño, enfermedad o muerte.
Los hijos muestran una gran resistencia para salir lejos de la casa y asistir a la escuela, no quieren permanecer solos y demandan la presencia de la figura de apego. Pueden tener pesadillas en torno a la separación. También pueden aparecer síntomas como dolor de cabeza, de estómago, náuseas o vómitos.
En otros casos, podrían responder transitoriamente a algún trauma. Los que presentan este trastorno no aceptan separarse, ante la insistencia de los demás. Si alguien intentara obligarlos harían crisis de ansiedad marcada.
En otro orden, los niños expuestos a este tipo de situación desarrollan el mismo clima emocional de la madre, tienden a fusionarse y perder su sentido de autonomía como una identidad no separada.
Los niños dependientes e inseguros que le temen a la separación, a asumir su autonomía y distanciarse de sus padres, generalmente, responden a la dependencia condicionada por las figuras de apego.
La responsabilidad de las figuras de apego incluye estimular a sus hijos a asumir la autonomía, a valerse por sí mismos y ganar confianza. La sobreprotección impide que los hijos aprendan a valerse por ellos mismos.
No obstante, siempre existe la oportunidad de cambiar y beneficiar a los hijos.