Pregunta de la lectora: Consulté a una profesional de la salud mental a inicio de año porque me sentí desilusionada y frustrada con la relación. Acudí sola porque él no aceptó acompañarme. La especialista me recomendó el divorcio. ¿Es esta la solución?
Respuesta de la terapeuta: En otros artículos he expresado que el divorcio o separación es una decisión personal. Cada uno sabe lo que quiere hacer y lo que resulta conveniente, por convicción íntima.
Independiente de su postura, también su pareja, aunque no asista a la terapia, reconoce lo propio frente a usted y a la relación.
Él sabe lo que siente hacia usted y tiene claras las expectativas frente a la relación. La actitud que muestra, el tiempo que le dedica, el distanciamiento o cercanía afectiva y los planes para el futuro próximo y al largo plazo en los que la involucra, entre otros comportamientos, podrían reafirmarle su percepción y cuál es su compromiso frente a usted.
Por otro lado, cabe destacar que muchas parejas se adaptan y desarrollan mecanismos de supervivencia cotidiana hacia la adversidad, los recursos psicológicos inconscientes usados para normalizar o justificar la indiferencia afectiva, el distanciamiento y la falta de amor.
Es una defensa inconsciente y automática ante situaciones que provocan dolor emocional y que la psiquis es capaz de reprimir para evitar la ansiedad. Es una forma de proteger el Yo.
Se niega una realidad que se torna obvia. Se crean distorsiones acerca del problema para minimizarlo y, por lo tanto, no se encaran, quedan encubiertos. Se corre el riesgo de que el dolor emocional se convierta en dolor físico, lo que da paso a enfermedades de tipo psicosomático.
Hago este recorrido, para que pueda entender que, por tal razón, un profesional de la salud mental no está llamado a decirle que se separe, más bien, debe acompañarla en el proceso y hacerle reflexionar al respecto.
Las ideas presentadas, favorecerán, posiblemente, a que usted tome la decisión conforme a sus reflexiones enfocadas en quedarse o separarse y cuál sería el camino por tomar conforme a sus conclusiones y convicciones.
Dese la oportunidad de reflexionar y tomar el control de su vida y sus emociones.
Deberá desaprender el desamor y aprender sobre el amor propio con la finalidad de fortalecerse psicológicamente y evitar que su alegría y plenitud dependan de terceros.