Pregunta de la lectora:
Me siento muy involucrada en los conflictos de mis padres, lo que me genera mucha tensión y angustia. Quisiera que no me implicaran en sus problemas. Me piden que yo opine, pero no son mis problemas, aunque me afecten. ¿Qué puedo hacer?
Respuesta de la terapeuta:
Muchas familias no tienen las habilidades suficientes para abordar los conflictos, por lo que involucran a los hijos, o con mayor frecuencia, a uno de ellos.
La ansiedad emocional se incrementa cuando aparecen los problemas y el estilo de afrontamiento es inadecuado.
Pelean, se atacan y culpan mutuamente, con el grave componente de gritarse o violentarse, sin considerar el impacto sobre ellos y sobre los hijos.
Como no pueden enfrentar la situación, buscan a un tercero para involucrarlo, lo que trae como consecuencia que conviertan al elegido en el receptor de toda la ansiedad reactivad de ellos.
En primer lugar, los hijos no son las personas adecuadas para mediar ni participar como consoladores o consejeros. Participar les genera una carga de ansiedad que no pueden procesar.
Segundo, los hijos no tienen las herramientas necesarias para procesar los conflictos de los padres. Además, ellos entienden que asumir una postura de apoyo con uno de ellos es ponerse en contra del otro. También experimentan malestar emocional porque perciben que son desleales.
Tercero, la ansiedad es transferida a los hijos, quienes piensan que tampoco creen son comprendidos por los padres porque terminan acusándoles y considerando que no los comprenden. Los padres tampoco creen que los hijos son comprensivos.
En otras situaciones, uno de los padres opta por no involucrar a los hijos, mientras que el otro insiste en contarles lo sucedido. Esta situación genera estrés emocional intenso dado que se sienten abrumados.
Si usted cree estar en medio de una de estas situaciones y no logra decirles a sus padres que no puede involucrarse y opinar porque se siente atrapado, y que tiene temor a expresarse, le recomiendo buscar ayuda con un psicoterapeuta familiar que le guíe para conocer su nivel de funcionamiento familiar sin culpar a la familia ni a usted.
También podrá ofrecerles apoyo a sus padres para que aprendan a ser menos reactivos y más solidarios mutuamente.
En vista de que usted es una persona adulta y comprende que la situación le afecta, es muy probable que lo supere.