Pregunta de la lectora: ¿Cómo puedo manejar a mi madre posesiva sin herirla?
Respuesta de la terapeuta: Usted tiene un reto importante. Este tipo de relación se condicionó desde muy temprana edad cuando usted era maleable y vulnerable.
La familia es una unidad emocional que, de acuerdo con su grado de madurez, se organiza, funciona y estimula a sus integrantes al desarrollo y la autonomía en los distintos ciclos de la vida.
La configuración emocional de la familia es influenciada por las pautas emocionales intergeneracionales que condicionan los estilos de relación, patrones de reacciones y la pérdida de individuación como un valor familiar.
La inmadurez emocional difumina los límites entre uno y otro y resalta los lazos de dependencia. La madre cree que su hija está obligada a ser su apéndice.
Este tipo de madre cree que no sobrevivirá si la hija se distancia, por lo que en cada intento de autonomía reacciona con alta reactivad emocional e incrementa las conductas de control hasta provocar hastío.
Los cambios dirigidos a lograr autonomía y no sentir la persecución de la madre conllevarán una serie de reacciones emocionales de la madre para que retorne a la posición anterior, incluso, se activarían comentarios que generan sentimientos de culpa y tristeza.
Para lograr autonomía e identidad propia tendrá que aprender a no reaccionarle, sino a darle respuestas sin justificarse ni hacer aclaraciones innecesarias. Detecte cuáles son los comportamientos que considere posesivos para no responder a ellos y hacerle entender a mamá que usted maduró y es una persona responsable.
Autonomía es relacionarse con ella sin fusionarse.