Soraya Lara de Mármol 
Soraya Lara de Mármol.
Pregunta de la lectora: ¿Por qué se hace difícil implementar la cultura del buen trato?
Respuesta de la terapeuta: Los comportamientos violentos siempre han existido.
La justificación, normalización y minimización aparecen a través de las creencias asumidas a través de una cultura milenaria por los representantes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. No me refiero a la cultura local, sino a la conocida en los diferentes continentes.
Las instituciones no cambian por sí solas, sino por la asunción de un pensamiento crítico, de sensibilidad social, justa e igualitaria. No por la postura asumida por ganancia política, por un puesto o trabajo, sino por un cambio real en la forma de interpretar la violencia o el maltrato que implica una modificación de actitudes, comportamientos y formas de reaccionar.
Las creencias predominan en el escenario y aparecen los defensores de la cultura de la violencia, del abuso sexual y el maltrato infantil, con la finalidad de imponer la posesión de los adultos personas maleables y vulnerables para manejarlas, seducirlas o poseerlas como objetos personales para sus distintas gratificaciones.
Además, al saber que los menores son objetos maleables, los golpean, abofetean, patean, arrodillan, encierran, insultan y atemorizan para reducirlos y someterlos. Estos padres, madres, padres adoptivos, de crianza y tutores, tienen la finalidad de que sean autómatas para que pierdan su identidad y se sometan a sus intereses personales.
Cabe destacar que los padres fueron criados, educados y disciplinados bajo la cultura de la violencia y el sometimiento, por lo que son más propensos a repetir e inflingir el mismo dolor del que fueron víctimas.
