Respuesta de la terapeuta: Son muchas las personas que al inicio de cada año se proponen metas, algunas de las cuales las logran; otras no, todo dependerá de la actitud, autoconfianza, voluntad y compromiso.
Quien tiene claro lo que desea, emprende su proyecto, no importa cuál sea, en el momento que surge la idea, le asigna un propósito personal y es consciente de que con su voluntad y compromiso dará los primeros pasos para estructurar una base sólida.
Las personas con propósitos claros no se desalientan, son capaces de identificar los pasos a seguir y a quienes pueden consultar para solicitar orientación y ayuda. Reconocen que es prioritario crear una red de apoyo y guía para sembrar los cimientos.
Las personas emprendedoras son capaces de visualizar el logro de sus propósitos, por lo que se autoestimulan a continuar el viaje. No se detienen cuando aparecen piedras en el camino, sino que aprenden a esquivarlas mirando con agudeza mientras avanzan. Tienen claro que caerse es solo un tropiezo de llamado de atención para reenfocar los esfuerzos y concentrarse nuevamente.
También gozan de buena autoestima, son optimistas y enfocan las dificultades como estrategias para pulirse mientras continúan con el viaje de la creación. Desarrollan habililidades y competancias para lograr lo que se han propuesto. Saben esperar mientras trabajan.
Por otro lado, sus metas y objetivos van acompañados de un significado personal de desarrollo y de contribución el bien común. Dan prioridad al autocuidado, centran sus decisiones en la autodeterminación y fortalecen la autoestima.