P: ¿Cuál es el costo de la doble carga de la malnutrición en la República Dominicana?
R: Según el informe reciente (diciembre 2019) conjunto del Programa Mundial de alimentos (PMA) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “El Costo de la Doble Cara de la Malnutrición”, en el año 2017 el país tuvo un gasto social de $1,961.1 millones de dólares (2.6% del PIB) en la malnutrición: desnutrición (25%) y sobrepeso/obesidad (75%). El costo por pérdidas de productividad representó $444,9 millones de dólares. Nuestro país ha experimentado una transición epidemiológica similar a los países desarrollados, con una disminución en la prevalencia de la desnutrición y un aumento del sobrepeso y la obesidad. En las últimas décadas la desnutrición crónica (retardo del crecimiento) en los niños menores de 5 años ha disminuido dramáticamente; pues durante el período 1991-2013, su prevalencia se redujo en 12.6 puntos porcentuales, descendiendo de 19.5% a 6.9%; mientras que la desnutrición global disminuyó unos 8.5 puntos porcentuales, pasando de un 14% en el 1991 a un 5.5% en el año 2013. En contraste, la otra cara de la malnutrición (sobrepeso y obesidad) en la población adulta se ha incrementado notablemente con una prevalencia promedio de 60% en el año 2017: sobrepeso (32.5%) y obesidad (27.8%). El costo de la obesidad corresponde principalmente a la diabetes y la hipertensión arterial como enfermedades asociadas, cuya prevalencia es de 13% y 32%, respectivamente (Encuesta de Prevalencia de la Hipertensión Arterial y Factores de Riesgo Cardiovasculares, 2017). El PMA y la CEPAL recomiendan:
1- Aprobar el Reglamento de Alimentos, modificar la Ley General de Salud relacionada con grasas trans e impuesto de Ley para las bebidas azucaradas.
2- Desarrollar una Política de Actividad Física y Alimentación Saludable, con un enfoque preventivo; fortalecer la Atención Primaria en Salud y los Programas Nacionales de Lactancia Materna y Alimentación Escolar.
3- Elaborar Leyes que regulen la publicidad de productos que afectan la salud de la población, y promuevan los entornos saludables.
4- Promover el desarrollo y la reformulación de productos bajos en grasas trans, azúcares y sal.
5- Ampliar la iniciativa de incluir en el currículo educativo, la nutrición y la alimentación saludable para prevenir la malnutrición.