CONSULTORIO DE NUTRICIÓN. Beneficios del pescado

CONSULTORIO DE NUTRICIÓN. Beneficios del pescado

Jimmy Barranco Ventura

P: ¿Es cierto que el pescado es bueno para el cerebro por ser un alimento rico en fósforo?

R: Esta creencia surge cuando se descubre que la membrana de las neuronas (mielina) contiene esfingomielinas (grasas ricas en fósforo), pensando erróneamente que si aumentamos el consumo de fósforo (del pescado o como suplemento nutricional) podríamos mejorar substancialmente las funciones cognitivas, especialmente la memoria, lo cual no ha podido demostrarse científicamente. Y si esto fuera cierto, también las bebidas gaseosas (ricas en fósforo) serían saludables. No obstante, el fósforo es indispensable para el correcto funcionamiento no solo de las neuronas, sino también de todas las demás células, ya que forma parte de sus membranas; forma parte del material genético (ADN), de la estructura de huesos y dientes, regulación del metabolismo y en la producción del trifosfato de adenosina (ATP) o “moneda energética universal” de todas las células vivas. Así, un déficit de fósforo alteraría todas las funciones del organismo; mientras que el exceso, sería perjudicial para la salud, pues provocaría descalcificación de los huesos, osteoporosis y cálculos renales.

Los beneficios del pescado a nivel cerebral derivan de sus proteínas de alto valor biológico, las grasas omega-3, vitaminas del complejo-B, hierro, magnesio, calcio, yodo, etc.

Centenares de estudios demuestran que consumir pescados reduce la mortalidad cardiovascular y cerebrovascular. La clínica Mayo (Rochester, Estados Unidos) reconoce que los pescados grasos (salmón, trucha, arenque y atún) contienen la mayor cantidad de omega-3 y en consecuencia ofrecen el mayor beneficio.

Según Fernando Gómez -Pinilla, un científico de la Universidad de California (UCLA), “una dieta equilibrada y el ejercicio físico, nos protegen de enfermedades cardiovasculares, cáncer y de posibles daños cerebrales; aleja las enfermedades mentales, potencia las capacidades cognitivas y la lucha contra los efectos del envejecimiento”.

Finalmente, Zaldy Tan y col. (Neurology, 2012) de la Universidad de California (Los Ángeles, EEUU), en un grupo de 1,575 varones y 854 mujeres entre 67 y 69 años, encontraron por primera vez, que las personas con menores niveles sanguíneos del ácido graso omega-3, docosahexaenoico (DHA) tenían un volumen cerebral menor (equivalente a dos años de envejecimiento estructural del cerebro) comparados con quienes consumían mayores cantidades de pescado.

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