CONSULTORIO DE NUTRICIÓN. Publicidad y alimentación

CONSULTORIO DE NUTRICIÓN. Publicidad y alimentación

Jimmy Barranco Ventura

P: ¿ Cómo influye la publicidad en la alimentación de los niños ?

R: La alimentación es una conducta aprendida, sobre todo durante los primeros años de vida; y generalmente, el patrón de alimentación que adoptamos en la infancia permanece con nosotros a lo largo de la vida. Y es por eso que la industria alimentaria dirige sus estrategias publicitarias hacia los pequeños, promoviendo el consumo de comidas y bebidas hipercalóricas. En tal sentido, los alimentos infantiles son presentados en una gran variedad de colores, sabores, tamaños y formas. Se habla de «alimentos interactivos», aquellos que cambian de color, sabor, forma o textura al adicionarles agua o calentarlos; helados con un chicle en su interior que pinta de colores los labios del niño, gaseosas que cambian de sabor si se les añade una pastilla, etc, etc.

Los publicistas saben que los niños son incapaces de descifrar las estrategias de mercadeo que utilizan. Es bien sabido que los pequeños prefieren un alimento que esté asociado a un personaje conocido, como «El Hombre Araña», «Batman» , Los «Picapiedras» o una «Barbie», sin importarles el sabor que tenga.

Un estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford reveló que los niños preferían el sabor de la leche y de las zanahorias cuando venían en una envoltura de McDonald’s que cuando no tenían envolturas. Los niños entre 2 y 6 años tienen la capacidad de reconocer marcas de productos, logotipos y letras brillantes , sobre todo si están asociados a dibujos animados.

Los productores de bebidas gaseosas, maltas, comidas rápidas, chocolates y productos de confitería, fomentan el consumismo desde la primera infancia, propiciando la adopción de malos hábitos alimentarios, responsables del incremento en la obesidad infantil, diabetes mellitus, hipertensión arterial y otros trastornos cardiovasculares.

Los padres deben proteger a sus hijos contra la publicidad criminal y perversa diseñada por los mercaderes indolentes de la industria alimentaria. Deben enseñarles que no existen «alimentos de marca»; ver con ellos televisión y discutir el contenido publicitario de los productos alimenticios, haciéndoles ver que no se transformarán en seres mágicos, fantásticos o inteligentes si consumen tal o cual alimento. Promover en familia el ejercicio físico, consumir más frutas y verduras; menos dulces y chocolates. ¡ Ellos aprenden por imitación !

 

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