P. Profesor, ¿usted podría aclararnos la fecha en que se celebra el Día Mundial del Árbol?

R. Aunque parezca increíble, no existe un “Día Mundial del Árbol” y el “Día Nacional del Árbol” es el primer domingo de mayo (Decreto 2944, 21 de agosto, 1957). Su celebración anodina en el país todos los 5 de mayo, carece de soporte documental.

Fuera de ahí, no existe ningún texto legal nacional, ni internacional que así lo establezca taxativamente.

Sin embargo, nuestro científico autodidacta y gloria de la ciencia en República Dominicana, Venezuela y algunos países europeos, Eugenio de Jesús Marcano Fondeur, Dr. Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, su Alma Máter y que el próximo 27 de septiembre, se cumplirán 100 años de su nacimiento, siempre relataba en el “Patio Español de la Academia de Ciencias (miembro fundador), que la Escuela Dominicana, celebraba con gran júbilo y todo el despliegue de actos educativos, estudiantiles, infantiles y oficiales, los primeros domingos de mayo, por su poder educativo, desde 1930 hasta la muerte de Trujillo.

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Ninguna forma de vida alcanza los méritos necesarios para superar al árbol, como protagonista de los bosques y el agua dulce, por su papel insustituible en el ciclo hidrológico.

En la escala evolutiva, probablemente fue el primero en proyectarse hacia el cielo para saludar al sol y celebrar el milagro de la fotosíntesis, que hizo posible la presencia del oxígeno que solo las cianobacterias producían en los mares, pero que, desde siempre, él siempre lo ha hecho en tierra firme.

No sería ocioso que Naciones Unidas escogiese un “Día Mundial del Árbol”, máxime cuando esta criatura reúne las dos condiciones más contradictorias que pueda exhibir el “reino plantae”, lo más valioso del mundo para la vida y la más agredida por el Ser humano.