P. Profesor, ¿en qué está el Pacto Nacional del Agua?
R. A las puertas de un “Gran Consenso Nacional”. Si en algo los dominicanos nos hemos puesto de acuerdo, si hay algo que inquieta al Suroeste, de la misma manera que ocurre en la Línea y en la Costa Oriental, si algo nos preocupa de cara al porvenir, a los ricos y a los pobres, a los políticos y a los religiosos, a civiles y a militares; no hay dudas de que el “Recurso Agua”, es elemento convocante, unificador, de consenso, de agenda.
Es probable que miremos hacia el cielo cuando las nubes se ausentan, para contemplar el azul impoluto y que hasta nos asustemos cuando se anuncia un ciclón, pero si de algo estamos conscientes, es que sin agua no habrá mañana, ni futuro, ni porvenir. Siendo así las cosas, el interés por el acceso seguro y la calidad del recurso, se convierten en una prioridad de gobernantes y gobernados, en una necesidad común y en una meta a alcanzar.
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La estrategia para lograrlo puede ser variopinta, pero no hay dudas de que todos empujaremos la carreta en la misma dirección. En tal sentido, la política para la “Conservación de las Aguas Nacionales”, parte desde las Instancias Estatales que la Constitución de la República pone bajo encargo, la responsabilidad insoslayable de la gestión, que necesariamente tendrá que ejecutar en armonía y consenso de los usuarios, de los consumidores, de todos los que tomamos este recurso vital, para saciar “nuestra sed”.
A todos nos toca un rol, un papel, una cuota de responsabilidad y desde la Academia de Ciencias hemos visto la necesidad de hacer realidad, de arribar a un Pacto de Conciencia, de un Compromiso de Nación, de la firma sin dilación, del ”Pacto Nacional del Agua”.