P. Profesor, ¿Cuál es la clave para el éxito del turismo en Bahía de las Águilas?

R. Indudablemente, la sostenibilidad. El tiempo de la espera terminó, para el arranque en firme del desarrollo turístico de Pedernales, su entorno y toda la región Suroeste. Al menos, la construcción de los hoteles (base de soporte esencial de la actividad turística), ya inició en Cabo Rojo y de las manos del Estado, como comenzó la historia de esta actividad en República Dominicana, en Puerto Plata, años 80 del Siglo pasado.

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Ahora le toca a la voluntad política posibilitar que este sueño premonitorio, no se convierta en pesadilla, si no, que aterrice armoniosamente sobre las aguas doradas de Bahía de las Águilas. La promesa del levantamiento de las infraestructuras habitacionales fuera de los límites protegidos, principal garantía para la integridad y la sostenibilidad, comenzó de las manos de quien la ofreció y desde luego, hizo suya la esperanza de que Pedernales tendrá un mejor porvenir, sin comprometer la mayor de sus riquezas, el Presidente de la República. Es verdad que el desafío sigue en pie, porque nadie gobierna el futuro y si bien es cierto que cuando el domingo va a ser bonito, desde el sábado se ve; pero ¿Quién puede impedir que llueva?

Particularmente, desde la Academia de Ciencias, de donde partió la primera propuesta escrita (2002), en procura del aprovechamiento de las potencialidades, casi infinitas para el desarrollo, que encierra Bahía de las Águilas, estamos contestes de que este momento haya llegado y que sea por la puerta grande y ancha del Estado, acompañando los capitales de ultramar. El Estado es el único garante para imponer el respeto, la ética, las buenas prácticas y un desarrollo con rostro humano y perdurable. ¡Sin dudas, mañana el Sol brillará en Pedernales!