P. Profesor, a propósito del conflicto por la conservación de las Dunas de Las Calderas ¿Cómo se podría restaurar ese ecosistema tan valioso del Patrimonio Natural Protegido de la República Dominicana?
R. Antes que todo, es preciso conocer que las Dunas, son colinas o inmensos muros de arena construidos por el viento, que mueve las partículas de rocas diminutas que arrastra una fuente de agua, una zona costera o zona rocosa meteorizada por múltiples factores, trasladándolas paulatina y persistentemente desde el lugar donde han sido depositadas, hasta donde la fuerza del aire en movimiento, pueda desplazarlas.
Es decir, son depósitos de arena que el viento transporta a otro lugar, siguiendo la dirección de las corrientes de aire dominantes.
Consultorio Ecológico: Temporada Ballenera
La duna comienza a formarse tan pronto aparece un obstáculo (una roca, un arbusto, un tronco…, que el viento no puede mover), en el caso de las Dunas de las Calderas, se trata de las rocas desprendidas de la vertiente sur de la cordillera Central (falda loma Los Ganchos), las cuales al ser arrastradas hacia el valle costero de Baní por el Arroyo Agusadera, durante los últimos 50 millones de años, fueron depositándose en su desembocadura (costa de Matanzas).
En este tiempo, los vientos marinos fueron arrastrando la arena hacia el Oeste, hasta crear el Banco de Dunas que llega hasta Salinas y Puerto Hermoso, formando una garganta con el mar y encerrar la albufera o Bahía de las Calderas.
Justo allí evolucionaron conjuntamente la Palmita Barrigona (Coccotrhinaxspizza) y el Aceituno (Burseraberteroana), dos especies endémicas que van estabilizando la arena para formar el más grande sistema de médanos de Las Antillas, desde de Venezuela hasta La Florida.
Para restaurar el daño en ciernes, es preciso que esperemos 10 o 15 millones de años más. Así de grande es el impacto causado al Área Protegida.