P. Profesor, ¿otro crucero en Cabo Rojo comenzando el año?
R. Así es, en apenas tres meses, sin hoteles, sin las facilidades exigidas por los turistas, ya nos han visitado 5 mil extranjeros. Ayer era tan solo un sueño, pero los hechos son los que nos introducen en la realidad. A nadie le debe caber dudas de que Bahía de las Águilas es el más grande anzuelo turístico que tiene la República Dominicana y que si somos inteligentes, podremos realizar “buena pesca”.
Mi tesis sigue siendo la misma, “detrás de la calidad, va la cantidad”. Es decir, si el producto es bueno, siempre habrá quien lo demande. Bahía de las Águilas es una perla, el tesoro escondido que el país ha logrado mantener intacto, por encima de los aventureros, de los miopes y del inmediatismo que nos impone la miseria (pobreza), que muchas veces nos arruina las potencialidades naturales.
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El único capital real para financiar el desarrollo y el porvenir, lo tiene la naturaleza y ya estamos viendo la apertura de futuro maravilloso que se le está abriendo a Pedernales y la Hoya Enriquillo.
Con la llegada del primer crucero, el Presidente de la República habló de que en “cinco años el turismo le cambiará totalmente el rostro a Pedernales”, yo no sería tan osado al hacer predicciones, pero la llegada de un segundo crucero tan rápido y sin que previamente lo concibiésemos, no hay dudas de que hay visos de realidad y muy pronto habrá un horizonte económico y social en la Región Enriquillo.
Nuestro papel, ha sido y seguirá siendo, la defensa de la naturaleza, el capital base y que jamás debemos arruinar. “Bahía de las Águilas es una perla preciosa que todo turista anhela hacer suya, sumergiéndose en sus aguas cristalinas, impolutas y deslumbrantes de belleza.