P. Profesor, ¿Cuál es el parque nacional más próximo a la capital y cómo visitarlo?
R. El Parque Nacional Humedales del Ozama, cuyo acceso principal es por agua, navegando en cualquier bote, yola o embarcación pequeña o mediana, partiendo de diferentes puntos (Sans Soucí, Avenida del Puerto, La Marina, Av. Domingo Sabio, Los tres Brazos, Las Malvinas, Puerta de Hierro, Mirador del Norte, Cachón de la Rubia) y navegando desde 5 kilómetros hasta 35 y 50 si se quiere…
Es decir, a la orilla de la capital, en su propia periferia, existe una extraordinaria área protegida, con potencialidades ecoturísticas insospechadas, con bosques de galería inmensos, al menos 12 lagunas, ceibas milenarias, confluencias de los ríos Tosa – Ozama, Ozama – Isabela, Dajao – Ozama, Cabón – Ozama, Yabacao – Ozama, Caño Tiburón, Manglares, Isla de la Esperanza, cientos de manantiales, acequias y mil atractivos más, todos accesibles por el agua y, desde luego, por tierra también.
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Es una pena que los capitaleños no sepan la calidad del tesoro que tienen a sus pies…, el complemento perfecto del turismo colonial, con un río que lleva más historia y cultura que agua y sobre todo, con miradores que dejan boquiabierto a cualquiera. El día que nuestras autoridades abran sus ojos y se percaten de las potencialidades del Ozama y el Isabela y su facilidad de recorrido, podrán percatarse, que muy poco tenemos que envidiarle a París con su Sena, a New York con su Hutson o a Londres con su Támesis.
Todo es cuestión de criterio, de buen gusto, de saber diferenciar calidad y cantidad, de valorar potencialidades y brindar facilidades mínimas (minimalismo), porque la arquitectura principal la pone o la aporta la naturaleza. Un buen día amanecerá con más turistas en el Cachón de la Rubia que en la plazoleta del Alcázar de Colón, en Laguna Azul que en la Catedral Primada…