Es disfrutar del silencio que conecta contigo mismo, con tu propia sensación de armonía, calma, gozo, silencio, gratitud y amor.
Esta experiencia interna se logra mediante un proceso que requiere de cambios de patrones de pensamientos, reacciones emocionales y conducta, por lo que es necesario comprometerse consigo mismo.
Si estos cambios no se asumen conscientemente, no se sabrá cuáles son los patrones por cambiar.
Muchas personas requieren de un acompañamiento cercano para lograr el propósito con lecturas especializadas, meditaciones y reflexiones. Desarrollan habilidades para conocerse a sí mismo, su historias, y los eventos sucedidos en los diferentes ciclos de desarrollo que les impactaron, muchos de los cuales, quizás, cambiaron el curso de sus vidas.
Además, se requiere de reflexión, mirar hacia sí mismo, no hacia afuera tratando de justificarse o normalizar los comportamientos o reacciones, sino, más bien, comprometerse a superar aquello que le hace sufrir y a asumir la responsabilidad de sus reacciones, si ataca o culpabiliza a los demás.
Quien logra la paz interior se goza en sí mismo, no necesita adeptos, que le vanaglorien, prefiere estar a solas por elección, disfruta más de lo que ha logrado, y goza con dar y ser agradecido. Es una viaje interior muy enriquecedor.
La persona que logra sentirse en paz consigo misma crece espiritualmente y otorga a su vida un sentido de trascendencia humana, apela a la justicia social y se compromete con servir a otros.
Le invito a tener la experiencia de gozo. La auténtica felicidad es la vivencia interior con uno mismo.