Pregunta de la lectora: ¿El agresor condiciona el comportamiento de la pareja?
Respuesta de la terapeuta: El comportamiento humano está condicionado por las relaciones interpersonales, las creencias, los sentimientos, la cultura y la religión.
Cada persona interactuará desde su esquema cognitivo (ideas, pensamientos y creencias), el sistema emocional (heredado de la evolución) y los sentimientos asociados al estado afectivo como frustración, culpa, desesperanza e impotencia, entre otros.
De manera que, cada persona se mueve en su propio sistema emocional e intelectual. Al entrar a una relación ambos factores interactúan y se establece un patrón relacional mediado por ellos.
Ahora bien, en la pareja emocionalmente inmadura en la que aparece la disfunción de cónyuge, el proceso implica un ajuste de tipo dominancia-sumisión. Quien domina condiciona a la pareja a una postura pasiva y de incapacidad.
Mediante la comunicación verbal y no verbal, tono de voz, intensidad, gestos con el cuerpo, los ojos o las manos, palabras hirientes y humillantes, la pareja violenta condiciona al cónyuge a someterse a mayor control, aislamiento, golpes y otros abusos.
La violencia como ejercicio de poder y control provoca en la pareja síntomas físicos y emocionales con intensidad de leve a severo.
Para salir de este tipo de condicionamiento disfuncional en el que predomina la violencia, cada integrante deberá mejorar la habilidad de permanecer calmado y reflexivo para que cada uno se haga cargo de sus propios sentimientos, creencias, reacciones y comportamientos.
En conclusión, la pareja debe aprender a mantenerse calmada ante los sentimientos intensos para reducir el malestar sin intentar cambiar al otro mediante actos violentos, manipulación y control.