Respuesta de la terapeuta: En términos relacionales no se puede ser determinante en ese sentido.
Una pareja pasa por diferentes etapas que consolidan la relación. La primera, es la del enamoramiento, en la que predominan la atracción, la pasión y la idealización del otro.
La segunda etapa inicia tres o cuatro años después, es cuando aparece el apego maduro ya que la pareja se acepta y da paso a un periodo de crecimiento y consolidación de la relación. Comienzan a tener hijos y se producen ajustes para ampliar la familia. Se estabiliza la relación marital y parental.
La pareja funcional y con apego seguro muestra una vinculación afectuosa, de seguridad y confianza.
También hay que considerar el acoplamiento sexual, la admiración mutua y la proyección a futuro planeada. Ambos miran hacia un propósito con un clima afectuoso y de respeto.
Entre la pareja con inteligencia emocional, apego seguro y conciencia de sí mismo o individual (yo soy) y la colectiva (nosotros) y con autoestima sólida, podría haber una gran diferencia.
Una persona que se siente amada, comprendida, con confianza y empatía podría mantenerse con la pareja independientemente del nivel educativo.
En oposición, se pueden observar parejas con altos niveles educativos, sin embargo, con un ego inflado o con apego inseguro, desorganizado o evitativo, cuyas relaciones son altamente conflictivas o con distanciamiento emocional extremo.
Ahora bien, una pareja con inteligencia emocional, autoestima adecuada y comprometida con su crecimiento personal, se apoya incondicionalmente para desarrollarse y sentirse orgullosos el uno del otro.