Pregunta del lector: Mi esposa dice que es más flexible con nuestros hijos porque soy autoritario con ellos. ¿Es correcta su actitud?
Respuesta de la terapeuta: El riesgo de asumir posturas opuestas es que los hijos detectan la zona de vulnerabilidad y recurren al padre que a todo lo consciente.
El ejercicio de la autoridad parental dividida mediante el patrón padre autoritario y madre permisiva, abre una brecha para las contradicciones, las descalificaciones y los enojos innecesarios.
El padre autoritario ataca al permisivo y le acusa de ser débil, complaciente y que no se da a respetar. Mientras que la madre permisiva dice que así evita el sufrimiento de sus hijos.
Esto da paso a la creación de un sistema emocional ansioso entre los padres y los hijos, que conlleva como consecuencia no asumir un cambio para la gestión asertiva en torno a las decisiones parentales.
He conocido casos en que el padre decide restringir la salida de un hijo porque se ha portado mal o porque ha sacado bajas calificaciones, sin embargo, cuando él no se encuentra, la madre levanta la consecuencia y le dice al hijo que el padre no debe enterarse.
De esta forma, se crea una coalición, es decir: la madre y el hijo contra el padre. Se corre el riesgo de que el hijo comience a modificar la percepción de ambos y a beneficiarse de las discrepancias.
Es recomendable que los padres, como responsables de la crianza, se den cuenta de este circuito disfuncional, reflexionen y desarrollen competencias para lograr acuerdos y mantener una postura confiable ante los hijos.