[… Más de una vez se ha argumentado que alguna cosa no se puede discutir, investigar o publicar porque los actores están vivos y que hay pasajes muy dolorosos para ser con/s/tados…]
Citamos del matutino Hoy. Explicaremos más adelante.
Con/s/tados me aproxima al término con/s/tancia, sustantivo femenino, no por el sentido, sino por la /s/ interna al final de la primera sílaba. Pero reacciono de inmediato y reviso con/s/tancia. Me inclinaría por el infinitivo conta/c/tar-se. Sin embargo, se me queda en el aire la /s/ susodicha.
En fin, recuerdo que /contactar/ alude a ‘hacer contacto con alguien’, sin la repetida /s/. Mientras que /constancia/ derivada de /constar/ no portaba la /c/ de contactar.
Acudo a las formas /cuento/, /contar/, sustantivo y verbo en infinitivo, respectivamente; aparte de que /cuento/ es, además, un momento de la conjugación verbal. Si acudo al verbo contar sin la /s/ interna, es = a ‘referir algo oralmente’, ‘determinar el número de algo’. Con/s/tancia, derivado de con/s/tar, equivale a la ‘acción y efecto de hacer constar algo de manera fehaciente’, o dicho de una cosa, ‘ser cierta o manifiesta, quedar registrada’…
He revisado esto en diccionarios de sinónimos, antónimos, parónimos; en enciclopedias del idioma; obras de ideas afines; vocabularios de americanismos. Incluyo el “Diccionario de uso del español”, de María Moliner y el “Diccionario del español actual” de Manuel Seco y sus colaboradores. El “Diccionario del español dominicano”, de la Academia Dominicana de la Lengua (ADL) y otros.
Casi todos los vocablos que hemos mencionado anteriormente provienen del latín. No obstante la derivación con/s/tatar es originaria del francés (constater), es decir se trata de un galicismo. /Contar/, por lo contrario, es voz de la lengua latina /computare/, verbo transitivo que significa ‘numerar o computar las cosas, considerándolas como unidades homogéneas’, ejemplo: contar los días, las ovejas.
/Cuento/, que pertenece, a ratos, a esta familia de palabras, es sustantivo masculino, que ingresó a nuestro lenguaje con el empleo de ‘relato, generalmente indiscreto, de un suceso’. También relación de palabra o por escrito, de un suceso falso o de pura invención. Se agrega una tercera acepción: ‘narración breve de ficción’.
Nos parece que a esto último es a lo que ha querido referirse el autor del artículo “La paranoia política, “insertado” en la página 10A de la edición del diario Hoy del martes 5 de abril de este 2016, donde opina que [… hay pasajes muy dolorosos para ser con/s/tado…] porque los actores están vivos, y que [… alguna cosa no se puede discutir, investigar o publicar…]
En el empleo que destacamos acerca del participio con/s/tados, en función de adjetivo plural, se deslizó la comentada /s/, al final de la primera sílaba, por la confusión entre voces como /contar/ y con/s/tatar.
El “enredado ovillo del lenguaje”, de que nos habló el lingüista chileno don Leopoldo Wigdorsky, nos estimula el alerta con los equívocos que provocan los parónimos, homónimos, homófonos y otras perlas del habla, en cualquiera de sus códigos.
Un colega, en tertulia sabatina, advierte que cada vez que se sienta a escribir, tiene diccionarios a la mano, por si por si. De esta manera se libra de escribir inte/r/perie, afirma, como decimos y hasta escribimos por este litoral del Caribe hispánico. Sustituir la j en in/j/erencia por la indebida /g/ in/g/erencia. Decidir si decimos “período de tiempo” o solamente /período/, que envuelve el sentido de ciclo o temporalidad. Y algo del entorno “erario público”, que ya es bastante de con sólo hablar del erario.
Una pregunta: ¿Cómo le llamo a esta joya del decir?: “Vendo cama de caoba centenaria, para damas completar su dormitorio. A las señoras interesadas en esta pieza llamar al número… para tratar sobre la cama”.
Una pregunta: ¿Ambigüedad? ¿Descuido en la redacción? O simplemente ¿picardía?