Residentes en el sector San Isidro, Santo Domingo Este, mantienen su lucha en contra del muro divisor que se construye en la autopista coronel Tomás Fernández Domínguez, debido a que la obra no cuenta con los pasos peatonales ni los retornos suficientes, lo que ha convertido la vía en un peligro para los vehículos y transeúntes.
Pese a que el Ministerio de Obras Públicas se ha reunido con una comisión de dirigentes y juntas de vecinos, a quienes le han prometido mejorar el diseño de la vía, muchos han sido afectado incluso con el cierre de accesos y el bloque de negocios, por lo que exigen al gobierno una pronta intervención.
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En tal sentido, este fin de semana se recrudeció el conflicto entre los residentes y las autoridades, quienes trabajan en la ampliación y reconstrucción de la importante vía, que conecta decenas de residenciales del pujante sector oriental.
En nota de prensa distribuida por los afectados, indican que “los habitantes de los residenciales Nancy Nadesha, La Moneda y Los Triunfadores, entre otros, habían llegado a un acuerdo con Obras Publicas para abrir los tramos de ingreso a sus viviendas, sin embargo, despertaron este sábado con los pasos cerrados”.
“Los afectados por la construcción del muro que divide la autopista de San Isidro califican como inhumano tomar decisiones en perjuicio de la población, sin pensar en los envejecientes ni en los que se desplazan ensillas de ruedas”, continúa el comunicado.
En medio de la protesta los manifestantes hicieron un llamado al ministro de Obras Públicas, Deligne Ascención, para que desista de la construcción de un muro que califican de absurdo y que en vez de la división sean colocados semáforos donde se necesitan.