Debido al gran despliegue de recursos para intentar localizar por aire, mar o tierra a la joven turista de origen indio que desapareció mientras se bañaba en una playa del Este frente a su hotel, era inevitable que se notara el enorme contraste con las acciones que despliegan nuestras autoridades para localizar a las miles de personas que han desaparecido sin dejar rastros en República Dominicana, ya que si bien es cierto que estamos obligados, porque “vivimos del turismo”, a utilizar todos los medios disponibles para dar con el paradero de la extranjera, también lo es que sus familias están sufriendo desde el día que ya no volvieron a verlos, sufrimiento que de alguna manera se acrecentará de ahora en adelante al darse cuenta de todo lo que puede hacerse cuando se quiere encontrar a alguien y no se escatiman recursos, ni tiempo, ni personal para tratar de encontrarlo.

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Ese contraste, insisto, imposible de ignorar, motivó que el diputado por el PLD por Santiago, Braulyn Vargas, recordara desde su curul que en República Dominicana desaparece una persona cada doce horas según datos aportados por la Asociación Dominicana de Familiares de Personas Desaparecidas, que indican que desde el 2022 a febrero del 2025 se han reportado 2,242 casos de personas desaparecidas. ¿Qué se está haciendo para localizarlas? Con las limitaciones de recursos y personal que tiene el Departamento de Personas Desaparecidas de la Policía Nacional, razón por la cual está completamente desbordado y por lo tanto incapacitado para atender la cantidad de denuncias que recibe, es poco probable que la respuesta a esa pregunta deje satisfechas a sus familias, amigos y relacionados.

Que después de ver lo que se está haciendo para localizar a la joven turista desaparecida, cuyo operativo de búsqueda todavía se mantiene aunque mas discreto, no dejarán de preguntarse, aunque conozcan la respuesta, porqué no puede ser siempre así con todo el mundo, sin importar su nacionalidad, su condición social o su color de piel.