Este país ha perdido su capacidad de asombro y observa como normal que personas que pasaron por el gobierno dejando una estela de acciones contrarias al interés nacional, se autoproclamen como los redentores de la patria pretendiendo y pidiendo que se olviden acciones como la denunciada por el presidente Luis Abinader quien acaba de renegociar un contrato con la firma extranjera Aerodom obteniendo cuantiosos beneficios para el país, contrario al firmado por el ex presidente Leonel Fernández en el 1999 que cedió la administración de los seis principales aeropuertos nacionales por 34 años, sin ningún beneficio económico para el Estado.
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Al renegociar el oneroso contrato, el presidente Abinader obtuvo beneficios para la nación de 2 mil millones de dólares con un desembolso inicial de 775 millones que serán destinados a resolver decenas de problemas urgentes en la Capital y sus alrededores, y 139 pequeñas obras, sobre todo deportivas, en todo el territorio nacional. Ante esta situación viene a la memoria contratos como el de la carretera a Samaná con su peaje sombra y el firmado con la Barrick Gold que establecía un 97 por ciento de beneficios por la venta de nuestro oro a favor de la firma extranjera y un 3 por ciento para el país.