En Irán, convocan nuevas marchas progobierno tras una semana de protestas

En Irán, convocan nuevas marchas progobierno tras una semana de protestas

Emiratos Árabes Unidos. — Un clérigo afín a la corriente más estricta del régimen iraní pidió hoy que la república islámica cree sus propias redes sociales y afirmó que algunas personas utilizaron esas aplicaciones para alimentar los disturbios registrados tras varios días de protestas por la maltrecha economía del país.

Las palabras del ayatolá Ahmad Jatami, que dirigió las plegarias del mediodía el viernes, muestran la influencia que ha tenido internet en las manifestaciones iniciadas el 28 de diciembre, que se extendieron con rapidez por todo el país.

En tanto, un grupo de expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas dijo estar “muy perturbado” por la respuesta de las autoridades a las manifestaciones.

Los cuatro expertos independientes dijeron en un comunicado emitido en Ginebra que las autoridades deberían “ejercer la moderación”.

“Las instrucciones del gobierno a la Guardia Revolucionaria de que golpee con fuerza a los manifestantes y las amenazas de duros castigos por el poder judicial son inaceptables”, añadieron.

Los viajes están restringidos en Irán, un país de 80 millones de personas que es aproximadamente dos veces y media más grande que Texas. De modo que los videos e imágenes difundidos por activistas en internet han servido como una de las pocas formas de ver las manifestaciones en un país donde todas las radios y televisiones son estatales.

Sin embargo, estas imágenes representan apenas un momento y también pueden sacarse de contexto, lo que hace mucho más difícil interpretar lo que está ocurriendo.

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“El ciberespacio prendió el fuego de la batalla”, dijo Jatami. “Cuando se cerró el ciberespacio, la sedición se detuvo. La nación no apoya una red social que tiene su llave en manos de Estados Unidos”.

Entre los disturbios y marchas contra el gobierno iniciados la semana pasada, Irán también ha asistido a tres días de manifestaciones progobierno a las que acudieron decenas de miles de personas. El viernes se registró una marcha similar en Teherán.

El ministro del Interior, Abdolreza Rahmani Fazli, dijo el jueves que unas 42.000 personas como mucho habían participado en las protestas de la última semana, afirmando que habían durado tanto debido a la “permisividad, moderación, tolerancia e interacción” del gobierno. No entró en detalles.

Las declaraciones de Fazli supusieron la primera estimación del gobierno de participación en las protestas, y parecían calculadas para que las autoridades pudieran compararlas con la asistencia masiva a las manifestaciones a favor del gobierno.

Durante los disturbios, Irán bloqueó la aplicación de mensajería Telegram, que han utilizado los manifestantes para compartir videos y planificar sus marchas. Las estimaciones sugieren que la plataforma tiene 42 millones de usuarios en Irán, y su bloqueo parece haber afectado a las protestas.

Donald Trump.

Donald Trump.

El gobierno de Donald Trump ha admitido que estudia formas de ayudar a los manifestantes iraníes a acceder a medios sociales, pero no ha tomado ninguna decisión al respecto. Entre tanto, el propio Trump ha tuiteado varias veces elogios a los manifestantes, para indignación de las autoridades iraníes.

En Nueva York, una reunión de emergencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tenía previsto abordar los disturbios más tarde el viernes tras una solicitud de Estados Unidos.

Los miembros del consejo tienen opiniones contrapuestas sobre las manifestaciones que han sacudido Irán, y no estaba claro cómo se desarrollaría la conversación o qué resultado podría dar.

Al menos 21 personas murieron en los disturbios en torno a las protestas, que comenzaron la semana pasada debido a los crecientes precios de la comida y a la renqueante economía iraní, antes de extenderse a ciudades en casi todas las provincias del país. Las autoridades han dicho que las protestas están remitiendo.

Irán culpó directamente el jueves a un miembro de la CIA por las protestas. El gobierno de Donald Trump ha negado cualquier relación con las protestas, y la CIA declinó hacer comentarios.