Son las 6:00 de la tarde y el sol está próximo a ocultarse. Mientras trabajo en mi computador en un rincón de mi habitación, debido al aislamiento social producto al coronavirus (COVID-19), escucho mucho ruido en la cercanía de mi vivienda.
Abro lentamente la ventana de cristal y no veo personas en la calle debido al toque de queda, sin embargo, el bullicio continúa adentrándose cada vez más a mi habitación. Mi hijo, quien duerme en la comodidad de su cama, comienza a moverse al ritmo de los llamados que provienen desde afuera.
Salgo al balcón y desde lejos observo la causa de tanta algarabía. Todo el sonido proviene desde varios techos en diferentes apartamentos, ubicados en el sector de Los Mina. Son niños, adolescentes y jóvenes que se encuentran volando cometas, mejor conocidas como “chichiguas”, desde su hogares.
Desde mi casa, comienzo a observarlos volándolas. Empecé a contarlas como si se trataran de estrellas que brillan en el cielo. Logré divisar 18 cometas moviéndose en el “cielo”. Las carcajadas y emociones me hicieron recordar mi infancia, cuando se solía disfrutar de estos juegos desde casa y en las calles.
El aislamiento social, junto al toque de queda desde las 5:00 PM hasta las 6:00 AM, ha provocado que el estilo de vida, no solo de los dominicanos, haya tenido un giro de 360 grados producto a este virus, cuyas medidas buscan evitar su propagación.
En la actualidad, según reporte del Ministerio de Salud, en República Dominicana existe un total de 1,109 infectados por coronavirus, 51 fallecidos, cinco recuperados y 2,146 casos descartados.
El ministro de Salud, Rafael Sánchez Cárdenas, informó que del total de los casos el 127 se encuentran en aislamiento hospitalarios y 926 en domiciliario.
También señaló que los fallecimientos están localizados en la provincia Duarte y que cinco de los pacientes recibieron el alta médica.