El pasado viernes el director del Gabinete de Transporte, Hugo Beras, reveló que luego de producirse la agresión a los autobuses del nuevo corredor de la avenida Charles de Gaulle el presidente Luis Abinader ordenó una reunión del Gobierno con los organismos de seguridad del Estado, que encabezó el Ministro de la Presidencia Lisandro Macarrulla, para analizar la situación y decidir qué medidas tomar para evitar que esas agresiones se repitan.
El también secretario general del Ayuntamiento del Distrito Nacional explicó a los periodistas que acudieron al inicio de la cuarta fase de la remodelación del Malecón de Santo Domingo, que esos actos de vandalismo son tratados por el Gobierno como un asunto de seguridad.
Y que aquellos que no entiendan el proceso de los corredores que se están poniendo a funcionar no solo están en contra de la legalidad del país ya que se trata de un mandato de la Ley 66-17, sino del bien colectivo, pues el servicio beneficiará a la mayoría de la población.
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El funcionario no dijo qué medidas se tomarán para evitar nuevas agresiones de esos “grupos terroristas”, ni tampoco qué pasará con los que protagonizaron las agresiones que provocaron heridas a varias personas, pues la ausencia de consecuencias es el mejor estímulo para que repitan sus acciones vandálicas.
Y advirtió que “nada ni nadie” detendrá la transformación del transporte iniciada por el Gobierno, que contempla 16 corredores de autobuses en el Gran Santo Domingo, seis en Santiago, además del Metro, el Teleférico, y la construcción de un monorriel para la Hidalga de los 30 Caballeros.
Ojalá que así sea. Pero debe acompañar la advertencia de acciones firmes y contundentes, pues los “terroristas” a los que se enfrenta han utilizado el argumento de la violencia para convencernos de que son los dueños de las calles y las rutas, y hasta ahora ninguna autoridad ha podido demostrar que están equivocados.