La crisis que enfrenta República Dominicana con las alzas de los precios del petróleo y sus derivados tiene características distintas a otras ocurridas en años anteriores.
La situación actual tiene peculiaridades y antecedentes importantes, pues desde el 2020 el mundo enfrenta la pandemia del covid-19, que paralizó el mundo y causó problemas de oferta y demanda en la producción de bienes y servicios; incremento en el costo global del transporte de contenedores y otras disrupciones en las cadenas de suministros.
Y la recuperación de las economías en el 2021 trajo consigo mayores precios del petróleo y de otras materias primas importantes para la producción local.
Y sin haber superado estos problemas, en febrero 2022 inició el conflicto bélico Rusia y Ucrania, creando más alzas, incertidumbre e inestabilidad.
Para contrarrestar estos problemas, el Gobierno en el 2020 y 2021 desarrolló una política de expansión monetaria y del gasto público para dinamizar la economía y reactivar los sectores productivos afectados con la pandemia y desplegó una serie de programas de protección social.
Pero en noviembre 2021, para enfrentar los choques externos sobre los precios y contribuir a frenar la inflación cambió a política monetaria contractiva.
Precios cambiantes
Desde el 2020 los precios del crudo son inestables, el barril llegó a costar menos de US$ 0 el 20 de abril del 2020, el más bajo de la historia. Pero ya en marzo 2022, con el conflicto Rusia-Ucrania alcanzó $119,40 el barril y ayer cerró con alza de 7,1% en US$112,12.
Desde el 2003 hasta ahora, US$140,73 fue el precio más alto al que ha cotizado el barril de crudo, el 3 de julio de 2008.
Cada vez que aumentan súbitamente los precios internacionales del petróleo, golpea severamente a la economía de los Estados Unidos y como efecto dominó al país.
Así fue con los choques petroleros en 1975, 1982 y 1991 y 2000. Y en los más recientes 2001, 2008, 2014 y 2022.
Esto ha generado impactos severos en la economía dominicana, que ha podido sortear a lo largo de los años con la aplicación de medidas fiscales y monetarias, hasta que los precios se estabilizan.
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La situación actual podría compararse con la crisis del 2001. En primer lugar, hubo tres choques externos importantes, el aumento de la factura petrolera, la reducción de las exportaciones de bienes y la caída del turismo, que afectaron severamente la balanza de pagos.
Sumado a esto la crisis bancaria nacional y sus repercusiones económicas, como fueron alta inflación y devaluación de la moneda, de acuerdo al libro “40 años de economía dominicana”, de Carlos Despradel.
El gobierno de Hipólito Mejía se empeñó entonces en reducir las importaciones agropecuarias y sustituirlas por producción nacional; desarrolló programas de ventas masivas de alimentos; implementó y firmó acuerdos comerciales importantes.
En las crisis del petróleo de 2008 y 2014 el alza de los precios fue amortiguada por el financiamiento en las facturas con el Acuerdo Petrocaribe, el cual ofrecía periodos de gracia y un interés más bajo mientras más alto era el precio.
El gobierno de Leonel Fernández en 2008, con los precios del crudo en alza, decidió reducir el consumo de energía en las entidades públicas; focalizó los subsidios y llevó a cabo reformas fiscales e institucional para aumentar el recaudo.
Mientras el expresidente Danilo Medina ejecutó reformas en el sistema fiscal en 2013 y en el sector energético para reducir el subsidio.