Por: Rafael A. Pimentel R.

Los acontecimientos que presenta la Nación Haitiana son de preocupación para la Rep. Dominicana, pero más que eso es de sumo interés preservar los linderos de nuestro País.

Los efectos de esa situación ya se reflejan de forma negativa en el país, tocando la economía, temor y pánico en los ciudadanos y arrinconando nuestra política exterior, presionada por ser país fronterizo y ante la dejadez de la comunidad internacional, ante los tantos y justos reclamos del Sr. Presidente Luis Abinader.

El avance de las bandas terroristas a otras ciudades haitianas y la advertencia de Estado Unidos para recuperar sus ciudadanos, no por resolver el problema Haitiano, sino para recuperar sus ciudadanos y de otro país. Esta situación encaminan a Haití a una guerra tipo Ruanda, Somalia y Liberia, con consecuencias impredecibles para los ciudadanos Haitianos, encaminándolos a una posible guerra civil.

Esos acontecimientos arrojarían una avalancha de miles de ciudadanos haitianos hacia el país, cuando la Rep. Dominicana no está en capacidad de asumir toda la responsabilidad de esta crisis de Haití.

Nos preocupa la vida y derecho del pueblo Haitiano, el derecho y la autonomía de ese país, así como la paz y seguridad del pueblo Dominicano, y creemos que debe prevalecer la democracia en ambos Estados.

Ante esa situación de crisis Haitiana sugerimos dentro del Derecho Internacional Público y Humanitario y bajo los parámetros en la Carta de las Naciones Unidas y Prerrogativas de un Estado-Nación, libre, independiente y soberado como la Rep. Dominicana, los siguientes:

Delimitar una zona para posibles programas humanitarios y que los organismos internacionales posibiliten la cooperación y asistencia masiva, siempre que no lesione el interés nacional y nuestra soberanía.

Que los grupos en conflictos, el gobierno haitiano y dominicano y la comunidad internacional, busquen una salida negociables que evite mayor confrontación y consecuencia perturbadora en la estabilidad insular.

Cierre temporal de la frontera y que el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, coordinen operaciones tácticas, logísticas y de comunicación de inteligencia, que reflejen real resultados de sus operaciones.

De esta forma, nuestro país podrá evitar consecuencias funestas fruto de estos acontecimientos que vive Haití y asumir con hechos la importancia que amerita para los dominicanos, de lo contrario nos veremos corriendo la misma suerte del pueblo haitiano, porque esta crisis es una amenaza a la seguridad nacional, militar, más violencia, criminalidad, delincuencia, narcotráfico y drogas, lavado de activos y contrabando de mercancías.

Nuestros compromisos como dominicanos y tal como establece nuestra constitución de la república, debemos velar y trabajar en pro de la defensa de la patria y preservar la integridad de la nación y sobre todo de nuestros hijos y nietos, que es ahí donde está el futuro de la Republica Dominicana.