La expresidenta Cristina Fernández remeció el tablero político argentino este sábado al anunciar sorpresivamente que no será la número uno en la fórmula presidencial de su partido en las elecciones de octubre sino la número dos.
Su exjefe de gabinete Alberto Fernández, otrora muy crítico con la gestión de la mandataria, será el candidato presidencial. “Una bomba neutrónica cayó sobre la Argentina», dijo el analista Roberto Bacman, del Centro de Estudios de Opinión Pública CEOP LATAM.
El anuncio de Cristina Fernández “cambia totalmente el rumbo de la política electoral, las hipótesis electorales y las mediciones que se habían hecho hasta ahora».
El presidente Mauricio Macri, quien aspira a la reelección, solo se refirió de manera indirecta al anuncio al advertir en un acto de campaña en la provincia de Buenos Aires que “volver al pasado sería autodestruirnos».
“Le he pedido a Alberto Fernández que encabece la fórmula que integraremos juntos, él como candidato a presidente y yo como candidata a vice», dijo la exmandataria de 66 años en un extenso video publicado en Twitter.
Ambos se postularán como fórmula del partido Unidad Ciudadana, creado por Cristina Fernández en 2017, en las próximas elecciones primarias obligatorias que se celebrarán en el país en agosto.
Alberto Fernández tuiteó que “todos juntos vamos a trabajar para sacar a Argentina de la postración (y) para devolverle la dignidad a los millones de argentinos y argentinas que este gobierno ha sumido en la marginalidad y la pobreza».
Alberto Fernández fue jefe de gabinete de Néstor Kirchner, el difunto esposo y predecesor de Cristina, entre 2003 y 2007.También ocupó el cargo durante el primer gobierno de Cristina (2007-2015). Renunció tras la crisis del gobierno con el sector agropecuario en 2008 y recién este año volvió a vérselo cerca de la exmandataria. Ésta reconoció hubo diferencias entre ellos, puesto que Alberto Fernández fue, incluso, jefe de campaña de algunos de sus opositores.
Para algunos analistas, el anuncio de Cristina Fernández está encaminado a atraer a sectores de la población más moderados y ampliar las bases de electores, aunque nadie cuestiona que, aún como vicepresidenta la exmandataria sería la persona en el poder.