Hace poco la nación presenció un hito sin precedentes en los anales del Congreso Nacional: a la senadora Cristina Lizardo Mézquita, la primera mujer presidenta del Senado desde la fundación de la República Dominicana en 1844, dirigiendo la Asamblea Nacional para modificar la Constitución e introducir la reelección del Jefe del Estado para un período único y consecutivo.
Era la prueba de fuego para esta mujer de apariencia tímida, mirada inteligente y rostro bondadoso, oriunda de San Juan de la Maguana –coterránea de Danilo Medina-, acostumbrada ya a dirigir las sesiones ordinarias de la Cámara Alta, donde el predominio masculino ha sido tradición. Ella asumió tal reto con rigor, discernimiento y determinación para ordenar la abarrotada asamblea multipartidaria hasta abrir el camino legal a la repostulación del mandatario.
Su carrera política empezó tras ingresar al PLD en 1978, fascinada ante el liderazgo de Juan Bosch. Saltó a la palestra como regidora del Distrito Nacional en 1990, reelecta en 1994; diputada desde 1998 y electa senadora en el 2006 representante de la Provincia Santo Domingo, la más poblada del país. Desde entonces, y hasta el 2014, ostentó la Vicepresidencia del Senado.
Lizardo Mézquita nuevamente presidirá el hemiciclo a partir del 16 de agosto, escogida a unanimidad. Se sitúa, pues, entre las mujeres mas poderosas del país.
Al rendir cuentas, refiriéndose a su escogencia dijo: “Se trató de un hecho trascendental, que alienta la intervención de la mujer dominicana en la vida púbica y constituye, a la vez, una invitación a no desmayar en sus esfuerzos con la certeza de que con el trabajo y la dedicación podemos lograr nuestros más caros anhelos”.
Trabajo y dedicación sintetizan la filosofía de esta educadora, que con seguridad será reelecta senadora para el periodo 2016-2020.