Con razón el director del comité de emergencias -COE- mostró su frustración al anunciar los resultados mortales de la cuota de accidentes en las carreteras y calles dominicanas durante las navidades, que, pese a los grandes esfuerzos desplegados y dinero gastado, las víctimas fatales aumentaron con relación a los años anteriores.
Resultó que el comportamiento de los ciudadanos con un guía en las manos y la cabeza llena de alcohol los volvió más imprudentes y agresivos cuando con ese guía no respetaban nada por delante de ellos dejando un reguero de cuerpos tirados en el terreno.
Importantes carreteras se vieron llenas de vehículos pesados a un lado de la vía o volcados y destruidos mientras los transeúntes y moradores de las cercanías del accidente hacían su agosto con las mercancías que saqueaban de esos vehículos accidentados. Las redes se llenaron de reportes de como impunemente se acercaban a los vehículos y en vez de auxiliar si había heridos procedían a despojar las mercancías a los camiones y de cualquier vehículo que pudiera guardar algo de valor.
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Y la práctica de los saqueos es más abundante en vías en donde los accidentes son mas frecuentes. Es ahí donde se muestra en toda su crudeza la incultura criolla donde las advertencias y recomendaciones de las autoridades para un manejo seguro y confiable brilla por su ausencia y sobre sale de inmediato esa ignorancia y libertinaje de la ciudadanía que primero acude a saquear a los accidentados y luego que ya se han llevado todo de valor acuden entonces a prestarle ayuda si es que están vivos y a los muertos los dejan limpios de sus pertenencias.
Es poco lo que puede se hacer con esa mentalidad. Es difícil ya que el grado de pobreza y de escasa educación no contribuye, por más vigilancia vial que exista en las vías y por más cursillos que se impartan. Está en la naturaleza del vecino de las carreteras rurales el instinto de saqueo a la espera de un percance vial para detenerse a robarse lo que está visible más si es un camión acarreando comestibles y bebidas cuyas botellas no se rompan.
Esa conducta infame de los vecinos en las vías públicas asentados bajo la mirada complaciente de las autoridades es la acostumbrada y que obligan al director del COE, general Méndez, a expresarse apesadumbrado por esa inconducta típica del ciudadano que en su ignorancia y carencia de educación va directo a robarle las pertenencias que encuentra en los vehículos averiados por vuelcos. El saqueo es más rápido y en pocos minutos; si es un camión con alimentos y bebidas es limpiado más rápidamente. Otros conductores y otros viajeros más cuidadosos solo observan y reprochan esa costumbre del saqueo y lo cual sirve para crear taponamientos en las vías. Además ofrece la imagen de la inconducta de la ciudadanía.
Educar para cambiar esa mentalidad del saqueo de los accidentes es difícil ya que el grado de miseria que existe a nivel de las viviendas en los paseos y cercanías de las carreteras tienen a una masa de seres humanos con grandes necesidades y un accidente cercano a sus viviendas ilegales construidas sin permiso a orillas de las vías públicas lleva a más del 90% de los pobladores a buscárselas cuando ocurre un accidente.