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A Ricardo Ramón Jarne, exdirector del Centro Cultural de España, dondequiera que esté vivito y coleando.
Fue en el Centro Cultural de España donde nació la Muestra Internacional de Cine, otrora fulgurante espacio cultural al que le debemos excelentes memorias de brillantes jornadas culturales, allí sucedió todo : Jaume Vilaseca Trío, la tormenta Bertha, la lluvia y el jazz catalán.
1. Jazz al aire libre: entre cielos crispados y ráfagas de vientos danzantes: Jaume Vilaseca Trío / Jazznesis. El jazz al aire libre es una de las mejores experiencias que se pudieran tener.
De hecho, muchos festivales de verano, el festival de Newport en Estados Unidos es uno de los pioneros, en Europa los festivales hacen sus presentaciones al aire libre, porque tiene su encanto, especialmente si es al anochecer, como ha sido el caso de la presentación de Jaume Vilaseca Trío/Jazznesis.
Fue el pasado sábado 2 de agosto, 2014.
Nublada la noche, todos los caminos de la calle Meriño, secuestrada aún por los genios urbanos que sufrimos en la Ciudad Colonial, conducían hacia el Centro Cultural de España.
Las nubes nutridas de lluvia se movían diestras en un juego nocturnal de puntos cardinales a la cieguita, hacia las 9 de la noche, curiosamente, algunos trazos de luz solar pintaban aquellas nubes parvularias y saltarinas.
Ahí estábamos, el Trío había cerrado el Festival de Jazz de Casa de Teatro y me alegro que fuera un buen final, no estuve allí, pero a juzgar por el concierto que acabo de escuchar, supongo que fue un regio final, a lo jazz como debe ser y no con experimentos que desdicen el género (“Ella canta jazz” ¿?).
Todo estaba preparado a cielo abierto en el escenario montado en el patio del Centro Cultural, a veces Bertha, nuestra amiga la tormenta, formaba parte del trío, con sus pequeños vientos que se colaban en los silencios musicales, oh qué placer, oh quien fuera mosquetero del jazz, oh, oh …
2. Jaume Vilasecas Trío: La música de genesis como brillante excusa para jazzear sin piedad, como si Bertha la tormenta no existiera. El presentador de los temas era el pianista Jaume Vilaseca, al sentarse y comenzar el intro de Dancing With The Moonlit Knigth, de génesis etapa Peter Gabriel, descubro que el nombre anexo del trío, Jazznesis, tiene estrecha relación con el culto musical del trío a este grupo. (2)
Jaume Vilaseca, con el look de Chic Corea en los años 70 (espejuelos incluidos), se faja con su piano y arranca con un lirismo reconfortante, de impacto.
En Dancing, la primera parte tiene una zona de romance en clave de vieja balada inglesa antigua (Early Music), el pianista catalán mira a su contrabajo Dick Them y entre los dos hay una marcada complicidad sonora, apenas se miraban y fluía un juego rítmico que encantaba al oído, ellos con sus instrumentos hacían paletas de colores, la música entre piano y contrabajo acústico, clásico de todo buen trío, se esparcía, un aire ligero se colaba entre ambos y yo miraba entonces las palmeras largas, flacas y hermosas del patio, cielo de Bertha incluido, para completar el regusto de existir en aquel momento.
Eso era música, jazz en el más puro sentido del juego entre melodía y tempo.
Con cada grupo de jazz, por sus estilos y elecciones temáticas, se aprende algo nuevo, con el Trío de Jaume Vilaseca / Jazznesis se observó con mucho agrado cómo los músicos responsables de batería y contrabajo acústico, Ramón Díaz y Dick Them, respectivamente, pueden acompañar, hacer de side man(3), y ser solistas según pieza musical, creando de este modo una interesante atmósfera musical en la que un trío puede llegar a escucharse con la fuerza de una banda. Bastará la sincronización y la conciencia de jazz de cámara que los músicos en su conjunto compartan, porque aprendimos con Jacques Loussier Trío y The Jazz Modern Quartet que el jazz de cámara tiene sutilezas, que a juzgar por este concierto, Jaume Vilaseca Trío conocen perfectamente, al diablo a dios gracia, para deleite de un público cortés, entusiasta que desafió la lluvia cuando el concierto se interrumpe a las 9 y 40 a causa de las lágrimas de Bertha la tormenta amiga que allí nos visitaba, la pieza se llamaba The Lamb Lies Down On Broadway Fountain of Salmacis, cuyos arpegios iniciales parecían un largo tunel de música pianística insondable.
Pero la lluvia-Bertha había vencido, la tormenta había mostrado su mejilla más humeda y cálida: mudanza hacia el salón de exposiciones del Centro Cultural de España, el patio y la lluvia eran historia pasada.
De las dos piezas tocadas por el trío de la autoría de Jaume (Jaime en catalán ), Paseos y Cañitas, la última es la de mi predilección, porque incluye un regio despliegue con Ramón Díaz el baterista, quien dio excelentes muestras de conocer su instrumento y sacarle sonidos a dúo con el piano.
Inspirado, Díaz nos mostró que un solo de batería no son redobles con fuerza loca y estridente, un buen solo o acompañado tiene sutilezas sonoras combinadas en el tiempo justo a golpe de miradas y sonrisas, con el líder del grupo en el piano y frente a él.
La forma de colocación mirando el grupo desde el frente deja claro que el contrabajo en el medio es la frontera entre batería y piano (que es percusión, ojo) colocados en los extremos derecho e izquierdo del contrabajo.
Cañitas tiene su aire de flamenco y era propicio, como lo hiciera Jaume Vilaseca, recordar a Paco de Lucía. La pieza está montada con un soporte especial de batería, al que no estamos acostumbrados en nuestros escenarios, esa sutileza interprerativa de Ramón Díaz convirtió los últimos momentos del concierto en aplausos calurosos de reconocimiento a justo precio para el Trío.
Me congratulo de haber escuchado este magnífico Trío de Jaume Vilaseca/ Jazznesis, espero verlos alguna vez en el Jazzomanía Jazz Festival, que viene zumbando para la Quinta Dominica en el 2015.
3/ El jazz catalán tiene su historia fabulosa y culta: Hacia el año 2006, parte mi corazón en Barcelona, Alida Elías Zapata descubrió un libro escrito por Jordi Pujol Baulenas, titulado Jazz en Barcelona 1920-1965. Dedicado con amor, lo devoré.
El autor refiere que desde 1919 en Barcelona se tenía noticias que venían de París sobre las Jazz-Band que luego serían comunes en la Barcelona de principio del siglo XX. Es en el Hotel Ritz con la orquesta Nick Fusly en 1919, que todo comienza en Barcelona.
Ello explica varias cosas sobre la historia del jazz en Barcelona, lugar de donde vienen los músicos del Jaume Vilaseca Trío / Jazznesis.
A) Ciudad de puerto y de tradición urbano-burguesa, Barcelona se convierte en España en pionera del jazz tocado en vivo, hasta el día de hoy, ciudad melómana.
B) Que no sería aventurado afirmar, dada la fuerte tradición de festivales y aparición constante de grupos de jazz, que en el jazz catalán hay una escuela pianística, a la que obviamente pertenece Jaume Vilaseca, pianista inteligente e imaginativo y líder del trío ya nombrado.
C) Que la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana en Francia influyó bastante en Barcelona, porque el régimen de Vichy en Francia prohibió bailes y orquestas de influencia norteamericana y muchos músicos se refugiaron allí en la ciudad condal, alimentando el furor por el jazz de entonces.
y D) Finalmente, sería garrafal error no dejar estampado en esta crónica el glorioso nombre de un pianista catalán que tocó con todos los grandes del jazz, me refiero ni más ni menos el genio de Tete Montoliu, cuya carrera arranca en 1958 en el festival de jazz de Cannes, Francia.
En otras palabras, el Jaume Vilaseca Trío / Jazznesis tiene a cuesta la tradición pianística de un jazz catalán, que no nació ahora: larga vida al jazz catalán, larga vida.(CFE)