Qué Hacer? A través de la trama de la novela de Chernishensky y su joven protagonista, el autor explica el deterioro moral de una época en Rusia
La protagonista de la novela de Chernishenski es la joven Vera Pavlova, una joven inteligente, de principios, asentada, deseosa de realizar en su vida la promesa de una conciencia ética superior que desde muy niña intuye en sí misma, pero que concretamente desconoce, pues debe enfrentarse cotidianamente a la pérfida vida marcada por el arrivismo y la mediocridad pequeñoburguesa que caracteriza a sus padres, que sólo piensan en engañar al prójimo, en conseguir rápidamente dinero de la forma más fácil, aunque sea de modo fraudulento, y de escalar socialmente a toda costa, pues la vida es prosa y cálculo.
La familia reside en San Petersburgo, en un edificio que pertenece a una viuda burguesa que vive con su hijo, un dandi. Estos se encuentran en decadencia económica por la desaparición del padre, pero mantienen la propiedad del inmueble y viven de la renta que les produce alquilar pequeños locales para vivienda. La edificación mantiene dos entradas, la señorial, que es la que utilizan los propietarios, y la destinada a la servidumbre, que es la que está a disposición de los inquilinos.
El padre de Vera es el administrador de la propiedad, pero además trabaja en un ministerio, es un burócrata. Empero su verdadera fuente de ingreso es el préstamo usurario contra prenda. La madre se llama María y se dedica a lo mismo que el marido, pero con mayor osadía y, en consecuencia, con mayores beneficios. Además, María se dedica a alquilar habitaciones para que determinadas damas libres y elegantes puedan recibir con discreción a distinguidos caballeros.
Como Vera crece saludable y llega a ser una joven hermosa, socialmente educada y estudiosa, la madre vislumbra que su boda con algún señor con fortuna será el negocio mayor de la familia, esto sin importar la edad ni el talante moral del prometido, ya que lo que se busca con semejante matrimonio es lograr ascenso social y económico para el clan.
Vera, por su parte, quiere alcanzar autonomía en su existencia, para vivir con independencia y a modo propio. Sin embargo, sabe que el camino a lo que aspira no pasa por desplegar una existencia ociosa, rodeadas de lujos, mas dependiente del querer de otros. Abomina de semejante perspectiva de vida que significaría para ella llevar una vida corrupta y sin sentido.
Vera, inesperadamente, encuentra un aliado en el íntegro, lúcido y responsable estudiante de medicina Lopuchov, quien ha sido contratado para dar lecciones de repaso a su hermano menor, que debe preparar los exámenes para pasar a la secundaria.
Lopuchov, también de origen pequeñoburgués, es hijo de un comerciante de provincia. Este impulsa a Vera a liberarse de su familia y del pretendiente que quieren imponerle como marido y la impele a orientarse moralmente. Además la ayuda a rastrear en los diarios, en colaboración con su amigo, el también estudiante de medicina Kirsanov, un empleo honesto para Vera, con el cual podría mantenerse al momento de abandonar la casa familiar.
Sin embargo, después de mucho indagar e intentar tienen que admitir que la única salida posible para Vera y Lopuchov -ya que ambos en el tiempo en que se tratan en la casa de la familia de Vera se enamoran- es fugarse, celebrar, enseguida, su matrimonio y montar casa propia como pareja.
Cumplida esta primera parte del plan, la novela trata, como tema central de la segunda parte, la problemática de la situación de la mujer en su relación con el hombre, y se debate cómo sería posible establecer una estrategia efectiva que permitiera realizar la plena igualdad en las relaciones entre los sexos.
Ambos jóvenes comienzan a explorar mutuamente la posibilidad de transitar por una vía social que permita a la mujer -en este caso, a Vera- alcanzar en la relación de pareja y en la vida comunitaria una manera de vivir plena y en auténtica igualdad con el varón.
Así, en el despliegue de la vida en matrimonio de Vera y Lopuchov, se fijan reglas muy estrictas sobre el comportamiento entre ellos. Entre estas, acuerdan que cada uno tendrá su propia habitación, que será respetada entre ellos como el lugar privado, personal, del otro. Ambos deben trabajar para aportar al sostenimiento de los gastos comunes. Ninguno de ellos, individualmente, estará obligado a pedir o a dar explicaciones de ningún tipo al otro, más allá de lo que considere como digno o adecuado para sí mismo. Entre ambos se establece una relación de camaradería y una transparencia basada, más en la amistad, que en la convicción social vigente de ser uno el hombre- el poseedor, por el hecho de estar casados, de la otra.
Estabilizada la pareja, Vera tiene la idea de establecer un taller de costura donde poco a poco se comienzan a determinar las normas que vienen descritas detalladamente- necesarias para que una empresa de carácter cooperativista pueda prosperar, y donde las jóvenes que adhieran como socias puedan participan en igualdad de condiciones, tanto en las tareas directivas como en las productivas, en el ocio y en lo relativo a definir el destino de los beneficios obtenidos.
Se llega así a alquilar, primero uno, luego dos, y posteriormente, más locales, que sirven para albergar, tanto el área de producción como las habitaciones. Se llega a disponer de pequeños apartamientos adecuados para familias, para alojar a las asociadas casadas con hijos. Igualmente, también se llegará a disponer de salas de esparcimiento y socialización adecuadas, decoradas hermosamente.
En la tercera parte de la novela se relata el nacimiento del amor entre Vera y Kirsanov, quien ya ejerce como médico investigador en un hospital de San Petersburgo, donde se dedica a salvar a personas desvalidas económicamente o con algún tipo de enfermedad incurable.
La novela se cierra con la desaparición de la vida de Vera y Kirsanov, de Lopuchov, quien para no hacer sentir el peso del lazo matrimonial que lo une a Vera, se suicida. Así piensa facilitar que su mujer y su mejor amigo puedan alcanzar la plenitud de la vida a que aspiran en el despliegue del amor que los une.
Lopuchov renuncia a Vera, pues sabe que por su propio carácter y personalidad, que no puede modificar por razones naturales, nunca podrá encontrar la felicidad con ella, ni tampoco podrá proporcionarle el tipo de amor a que ella aspira.