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Cuando en la época romántica de las carreras de caballos en el hipódromo Perla Antillana, los clásicos más importantes se celebraban con mucha vistosidad, tal y como ocurrió en una ocasión en el que el Clásico de Navidad, en la década de los 60, cuando ese importante evento, el cual fue pactado a la distancia de los 2,000 metros, alzándose con el triunfo el inolvidable ejemplar nativo de nombre PEDRITO defendiendo las cedas del establo Altagracia, propiedad de Pablo Estévez, Papito –fallecido.
Ante la presencia de una gran multitud de fanáticos el pupilo de don Papito conducido magistralmente por el formidable jinete dominicano R. Martínez. mantuvo su prestigio de campeón al obtener, en aquella tarde, la cuadragésima victoria de su carrera en carteleras oficiales, al ganar el trofeo que se disputaba en la prueba oficial correspondiente al Clásico de Navidad que se discutía en la prueba estelar de la cartelera hípica presentada en aquella inolvidable tarde, la cual es recordada en la mente de los fanáticos de aquel entonces que disfrutaban el espectáculo en el viejo redondel, de nombre Perla Antillana. A los amigos lectores algunos datos sobre el sensacional Pedrito.