Para nadie es un secreto que existen diversas maneras de causarle maltrato a un niño. Pero… ¿qué pasa cuando este maltrato no deja señales en la piel que hagan evidente dicha acción?
La psicóloga Rafaela Burgos ofrece una definición detallada sobre el auge del maltrato emocional infantil y de cómo afecta esta conducta de los padres el comportamiento de los niños.
Burgos explica que este maltrato se puede percibir a través de conductas o gestos de desinterés por parte de los padres.
La profesional aclara que el maltrato emocional infantil se diferencia del bullying, porque aquel viene de parte del adulto que está a cargo del bienestar del niño, ya sean los padres, los maestros o los tutores.
Este tipo de maltrato emocional lo define como una forma de relación en la que el adulto provoca un daño psicológico en el niño mediante la comunicación agresiva o los “regaños”, así como la descalificación, diciéndole que nunca hace nada bien o que no lo hace como tal o cual niño, (comparaciones) además de las amenazas que le provoquen sensación de miedo, y de las criticas constantes, causándole al niño traumas que le hagan pensar que no sirve para nada.
Advierte que esta conducta de los padres es una forma de violencia sin golpes que provoca la sensación de no ser querido, o valioso mediante comentarios o actitudes de rechazo que le den esta impresión al niño.
La especialista de la conducta sostiene que los estragos causados por este maltrato son más sutiles que los de la violencia física pero no menos dañinos para la autoestima de los niños.
Es por ello que advierte que este tipo de maltrato genera problemas en la autoestima del menor a largo plazo, haciéndolo vulnerable a otros tipos de abuso en la adultez, ya que no se siente valioso o importante, debido a que así se lo transmitió quien debió haberle manifestado que era importante y que merece respeto. De ahí es que surgen personas que aceptan maltrato en la pareja, en el trabajo o en cualquier situación, porque no se sienten merecedores de respeto.
“El maltrato emocional invalida a las personas, provoca inválidos emocionales”, señala Burgos.
La psicóloga Burgos manifestó que maltratar equivale a limitar, a dañar, y que el objetivo de los padres, más allá de ver los defectos, debe ser, ver cuáles son las cualidades de los hijos, para sacarle provecho a estas potencialidades; alejándose del modelo agresivo y violento que se ha aprendido de los padres y comenzar una relación respetuosa, con límites y con reglas. Sostiene que hay herramientas para poder corregir a los hijos sin llegar a los maltratos emocionales, como son las reglas que le permitan entender al niño sobre qué cosas están permitidas y cuáles no.
Burgos lamenta que este tipo de maltrato “invisible” represente el más frecuente en el país, siendo el que más se da entre las familias dominicanas.