«Cuando los museos no evolucionan y ofrecen al público nuevas alternativas caen en un coma cerebral», dijo directora general del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana (MMRD), Luisa De Peña Díaz, quien asegura que además de mantener la oferta al público las instituciones de esa naturaleza deben buscar que el visitante descubra nuevos conocimientos en cada visita. Para la experta, la función de un museo es básicamente la salvaguardia del patrimonio y la educación sobre ese patrimonio.
“Entonces, eso es teoría de museo, los museos tienen que renovarse cada cierto tiempo, depende del tipo de museo y su tamaño, de lo que ofrece, eso puede variar de cinco a 10 años, pero un museo tiene que renovarse constantemente”, señala.
De Peña Díaz entiende que el problema principal de los museos en República Dominicana es, precisamente la falta de capacidad que ha habido en la renovación como institución, tras indicar que eso tiene su razón, básicamente, en la parte económica, ya que los recursos son limitados, sobre todo los estatales.
“No hay una inversión en los museos, y entonces, qué resulta, que como no hay una inversión las cosas se van deteriorando, no solo la planta física, sino también, el que es profesional de museos no ve posibilidades de progreso, si continua atado a su institución lo hace dentro del pluriempleo, y el pluriempleo, definitivamente, baja su capacidad de producción profesional, científica y eso repercute en el museo en sí”, dice.
Entiende que la falta de cultura de museos que hay en el país incide para que no haya más profesionales en el área, porque el gobierno invierte y crea políticas públicas en la medida en que son exigidas y reconocidas como una necesidad.
A su juicio, eso se debe al deterioro de la educación, porque no se ve al museo como un complemento de la formación del colegio.
Al referirse a la entidad que dirige, y su oferta programática, Luisa De Peña Díaz dice que el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana (MMRD) es un experimento para el mundo de museos en el país, donde se rompe el círculo vicioso, haciendo las cosas de otra forma.
“Si no hay cultura de museo es porque no hemos elaborado una oferta aceptable. Es la oferta y el trabajo que se hace en atraer público, entonces cuando eso se hace entra en el círculo lo que es el apoyo del Gobierno. Si hay resultados se justifica la inversión, porque nadie invierte si no hay resultados”, señala.
Aunque entiende que todos los actores del sistema tienen su responsabilidad, dice que la principal recae sobre los profesionales de museos, que no se embarcan en realizar y mantener una oferta programática.
En los próximos 10 años piensa ver al MMRD como la institución líder en su tipo en la región del Caribe.
“Siempre hay que ir por más, nunca se le puede poner límite a tus sueños y metas. Un museo no puede desaparecer en el tiempo, tiene que prepararse para mantenerse”, sostiene.
A su entender, el Museo Memorial nunca dejará de tener vigencia, porque toca la esencia del hombre y su condición humana, “entonces lo que se cambia con el tiempo son los códigos del lenguaje, las herramientas con las que se trabaja, pero la realidad, que es la enseñanza en derechos humanos, algo intrínseco, eso no cambia. Y debemos preparar al museo para los próximos 50 años, ese es un reto”.
Es de la que piensa que la muerte no es invencible, y la entidad que dirige es una muestra de eso, porque toda esa gente que se murió y fue asesinada o desaparecida “se trató de borrar de la faz de la tierra y ellos vencieron la muerte”.