Cuando el dueño de un perro siente estrés, la mascota también se estresa, sugiere un estudio publicado el jueves en la revista especializada Scientific Reports.
El equipo de expertos suecos estudió a 58 propietarios de perros raza border collies o Shetland. Examinaron cabellos de las personas y de los caninos para ver la presencia de una hormona llamada cortisol, que es secretada al flujo sanguíneo y absorbida por el pelo cuando el organismo está bajo estrés.
Etapas de depresión, desempleo o un ejercicio físico excesivo son ejemplos de estrés que altera la cantidad de cortisol en el vello humano, explicó Lina Roth, de la Universidad de Linkoping en Suecia.
Roth y su equipo detectaron que los niveles de cortisol en los cabellos de los humanos y en sus mascotas sufrían altibajos similares en los meses de invierno y de verano, reflejo de que sus niveles de estrés estaban sincronizados.
Roth cree que el estrés del humano pasa al perro y no al revés, ya que hay ciertos rasgos de la personalidad humana que al parecer afectan el nivel de cortisol canino.
Los expertos no saben qué causa la sincronización de los niveles de cortisol entre mascotas y dueños, pero es posible que haya un indicador en el hecho de que la correlación se fortalece en casos de perros de competencia.
El vínculo entre mascota y dueño se fortalece cuando el perro está siendo entrenado para una competencia, y eso podría estar intensificando la dependencia emocional del perro hacia el amo y eso a su vez podría estar fortaleciendo la sincronización, estimó la experta.
Pero, ¿por qué pasa el estrés del humano a la mascota, y no al revés? Quizás porque la persona “es una figura muy importante en la vida de un perro, mientras que los humanos tenemos otras redes sociales», dijo Roth en un email.
Los resultados del estudio no sorprenden, dijo Alicia Buttner, directora de conducta animal en la Nebraska Humane Society, en Omaha.