¿Cuánto vale un alcalde?

¿Cuánto vale un alcalde?

Claudio Acosta

Le he estado dando vueltas a esa pregunta desde que el portavoz en la Cámara de Diputados del PLD, Juan Julio Campos, denunció en el hemiciclo que funcionarios del gobierno están utilizando el dinero público desde la Presidencia y otras dependencias para comprar alcaldes de la oposición.

Y tantas vueltas le he dado, que solo he conseguido tropezarme con más preguntas, que ojalá algún político, bien sea de los que están comprando o de los que están en venta, me ayude a responderlas tanto para mi propia ilustración como la de mis lectores.

¿Influye en el precio que se vaya a pagar que estemos en un año preelectoral? ¿Valen lo mismo un alcalde del Cibao que uno del sur profundo y empobrecido? ¿La cantidad de habitantes del municipio cuenta a la hora de discutir el precio? ¿Cuál vale más, un alcalde de la Fuerza del Pueblo o uno del PLD? Lo dejo hasta ahí, porque no hay tanto espacio para tantas preguntas sin respuestas.

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Por lo pronto, y como era de esperarse en un oficio en el que se vale tirar la piedra y esconder la mano, la denuncia del diputado peledeísta fue rechazada de inmediato por el vocero de la bancada del oficialista PRM, Julito Fulcar, quien le recordó al denunciante que en los gobiernos del PLD el presupuesto público era manejado para favorecer únicamente a los alcaldes que pertenecían a ese partido

Y todos sabemos que eso es verdad porque no hace tanto tiempo que ocurrió, como sabemos también que los que hoy se quejan de que le compran alcaldes y directores municipales, ayer eran los que andaban comprando tránsfugas en el mercado electoral.

Está claro, sin embargo, que lo que antes estaba mal hoy sigue estándolo, y uno desearía, aunque sea pedir demasiado, que los políticos nos ahorraran el feo espectáculo. Pero mi curiosidad sigue insatisfecha, y es por eso que lamento tanto que se acabe la columna y siga sin saber cuánto vale un alcalde.