Loyda Peña 
Julio César Llorente
Silencioso, sin emociones en su rostro, pero sí con vestigios de moretones en él, salió ayer de la Novena Sala Penal del Distrito Nacional Julio César Llorente López, el cubano que abofeteó a un agente de Seguridad de Tránsito Terrestre (Digesett), y que ahora procura su inmediata puesta en libertad, alegando se le viola ese derecho.
Pasadas las 4:00 de la tarde, la jueza Katherine Rubio le rechazó el recurso de Hábeas Corpus que sometió con esos fines, en razón de la existencia de la solicitud de medida de coerción en su contra hecha por el Ministerio Público, y que será conocida hoy.
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A ciencia cierta no se sabe más que lo que él dice, del edema que tenía en un ojo, y que motivaron su traslado a un centro médico y la suspensión del conocimiento de la medida de coerción el pasado viernes.
De acuerdo con su abogado José Hoepelman, el tema fue tocado en la audiencia de ayer a puertas cerradas, “y según dijo él (Lorente López), se lo hicieron a su llegada al destacamento de la policía pero no sabe quién porque estaba oscuro”.
Sobre la posibilidad de que el imputado se hubiese provocado la lesión para inculpar a otros y beneficiarse de ese hecho. el abogado dijo: “Las agresiones, para que vulneren derechos tienen que ser ejecutadas por un oficial público, y en este caso no se ha determinado que ha sido un oficial público, sino que él mismo dijo que entrando a la celda, al destacamento donde se encontraba, fue golpeado y que estaba oscuro y que él no vio. Eso lo dice él, no yo”, subrayó Hoepelman.
El incidente de Llorente con el agente ocurrió el 11 de este mes.
