Todo lo que a un Gobierno le es posible hacer en un año no cabría en un discurso ante las cámaras legislativas y el país, lo que obliga a los primeros mandatarios a sintetizar en la mayor medida las extensísimas memorias anuales de la gigantesca Administración Pública. Así constreñido lo que el presidente Luis Abinader pinceló del accionar oficial en pasados doce meses conformó una satisfactoria y estimulante pieza oratoria en la que tenían que quedar implícitas algunas descripciones exactas de la realidad incluyendo las negativas: su objetivo era pormenorizar lo realizado con citas específicas capaces de brillar por elocuentes y por su poder descriptivo y esenciales a los fines de ilustrar a la sociedad deseosa de saber por su propia exposición si el país va por buen camino. En sentido general, el jefe del Estado se mostró adecuadamente empoderado de las causas en las que la nación quiere verlo proceder con ahínco y minuciosidad basándose en datos concretos (que no faltaron) para sustentar su confianza en el futuro y que el auditorio decidiera en íntima convicción si la comparte o no; si su visión ha tenido fundamentos o no, a fin de juzgar su administración más por su empeño y su capacidad de concentrarse con eficacia en la búsqueda de soluciones a los grandes problemas nacionales y menos en resultados de apena un período completo (lo que no venía al caso estrictamente hablado) y de menos de un cuarto de su segunda mandato, tras lo cual todo resultado sería limitado por excelentes o insuficientes que parecieran.
Puede leer: Reflexión en la fecha de Independencia Nacional
Por demás, diversas mediciones y tasas harto conocidas son mayormente positivas y puede deducirse de sus explicaciones de ayer, que el endeudamiento externo, el descenso de la inversión pública y el crecimiento del gasto corriente que tanto preocupan a sectores, no conducen a este país al abismo, para lo cual en cierta medida se basó en evaluaciones de organismos internacionales y entes calificadores que velan porque los Estados deudores siempre sean capaces de pagar mostrándose satisfechos con los comportamientos macro y micro de la economía nacional.