Luego que Luisín Mejía presentara oficialmente su renuncia a la presidencia del Comité Olímpico Dominicano, se ha iniciado una carrera sin freno de buscar puestos en las oficinas del COD y en el Albergue Olímpico, lo que pone en peligro la estabilidad y credibilidad del organismo deportivo, que se encuentra en una buena posición en la sociedad.
Por la renuncia de Mejía, que se desprende de dos años, ha recibido el rechazo de un grupo de federados y organizaciones deportivas. A partir del día 29 del presente mes, se podría iniciar el lío de los pastores en el COD y en algunas federaciones, lo que pone en peligro la participación en diferentes eventos.
Antes de la fecha se inician las aspiraciones a ocupar cargos en el COD y en el Albergue Olímpico, puestos que reciben y que se han utilizado para compensar a federados que no llegan al Comité Ejecutivo.
El Ministerio de Deportes debe estar pendiente, pues los empleados del Albergue y parte del COD los paga Miderec y es quien debe tomar el control de los nombramientos.
Eso sin hablar de las demandas, apoyadas por exfederados y dirigentes para pescar en río revuelto, que borrará toda su labor en el deporte.
Los que están aspirando a nombramientos en el albergue tendrán que espera su turno.