Culpables: Decreto presidencial 379-14 y Ley 123-15

Culpables: Decreto presidencial 379-14 y Ley 123-15

Reynaldo Peguero

República Dominicana es reconocida como una de las naciones que mejor controló la pandemia Covid-19. Sin embargo, todo lo que ejecutamos bien para yugular esta enfermedad, no lo ponemos en práctica para resolver mortalidades neonatales prevenibles en hospitales con maternidades. Regiones Ozama, Cibao Sur y Yuma son principales generadoras de muertes neonatales.

Las causas estructurales de este descontrol son la Ley 123-15 y el decreto 379-14, disposiciones que despojaron de poder y presupuesto al Ministerio de Salud para dárselo a la Dirección General de Hospitales, separada del ministerio y convertida de la noche a la mañana en 2015, en Servicio Nacional de Salud (SNS). Una apuesta acelerada y arriesgada.

De pronto, sin mucho estudio, en 2015 se le quitó la provisión de servicios al ministerio y se le otorgó a una creación que no tenía estructura de mando, ni masa crítica de epidemiólogos, ni profesionales adecuados. Ambos mandatos han creado importantes focos de ingobernabilidad.

Las curvas epidemiológicas y series cronológicas de las muertes neonatales por 1,000 nacidos vivos, identifican los años posteriores a la aparición de estos mandatos, 2016 y 2017 como el período donde inicia el actual punto de inflexión ascendente. Todas las causas de mortalidad neonatal son controlables. La dificultad respiratoria genera 32 fallecidos de cada 100 y sepsis bacteriana del recién nacido 22. Limpieza, asepsia y calidad de incubadoras para los neonatos es vital.

La incapacidad es sistémica; va más allá de funcionarios y cargos. Que rueden cabezas y existan culpables como resultado de las comisiones que investigan, pero la desgracia de la mortalidad prevenible seguirá hasta que se le retorne financiamiento y capacidad funcional al Ministerio de Salud.

Para nuestra sorpresa en los seis foros regionales que hicimos para formular el Plan Estratégico Nacional de Salud 2030, desde Elías Piñas hasta Higüey, gobernadoras, funcionarios, sociedad civil y empresarios tienen similar valoración. Por eso la Agenda Salud 2030 concertó un proyecto estructurante para robustecer la gobernabilidad del sector salud.

Similar opinión tienen la reconocida profesora Asa Cristina Laurell y diversos planificadores de América. Han criticado la esquemática separación de funciones. Lo hacen en la fundación Rockefeller, con Bill Gates y en el Foro Económico Mundial.

La práctica es la madre de la verdad. La verdad es que después de decenas de eventos científicos, la enseñanza más importante contra el covid 19 fue el rol preventivo, vigilancia epidemiológica, vacunación y terapéutica garantizada por Presidencia, Ministerio de Salud y sus órganos territoriales, las direcciones provinciales y de áreas. Ahí reside el secreto del éxito.