A: José Francisco, más que un amigo…un hermano. (2/4)
El 27 de marzo del año 2024 falleció Daniel Kanheman, notable psicólogo que obtuvo el premio Nobel de Economía en 2002 por su aporte en la creación de los fundamentos esenciales de una nueva economía conductual.
La relación entre la economía y la psicología ha sido motivo de estudios desde principios del siglo XX. Para el año 1902 el psicólogo Daniel Tarde emplea por primera vez el término psicología económica tratando de establecer la relación de ambas disciplinas, desde entonces, esta temática ha sido centro de estudios de psicólogos y economistas partiendo de la premisa de que el individuo como ente social es la base que sustenta el comportamiento económico, es decir, que la economía es el resultado de las decisiones que toman las personas; sin embargo, la economía neoclásica asumió el ser humano como ente totalmente racional que toma decisiones coherentes, lo que, al predecir el comportamiento económico, predice el comportamiento humano alejando la relación entre estas disciplinas, aquí el gran aporte de Kadheman.
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La experiencia ha demostrado que los seres humanos toman decisiones muchas veces alejadas de toda coherencia: nos da pereza hacer ejercicios, visitar el médico; podríamos presentar una lista interminable de ejemplos similares. Es en este contexto que Daniel Kanhenam centra su estudio generando la “teoría de la prospección” que le valió el premio Nóbel de Economía en el año 2002 al demostrar que las decisiones irracionales son inherentes al ser humano y como consecuencia responde no solo a la racionalidad, sino también a otros incentivos del mismo.
Los hallazgos de este cientista establecieron las bases para el surgimiento de una nueva economía conductual que matrimonia la economía y la psicología, un lazo imprescindible para entender las decisiones humanas y su impacto a nivel económico.
A partir de los planteamientos de Kahneman, Herbert Simmons estudió más a fondo el tema, logrando crear un modelo denominado “racionalidad limitada” que explica en tres categorías principales como el ser humano toma decisiones:
a) La información con la que cuentan
b) La limitación cognitiva y,
c) El tiempo disponible para tomar la decisión.
La información disponible queda bastante explícita pues, tomamos las decisiones lo mejor posible con los datos que tenemos al momento, comprendiendo que puede existir una manera más eficiente de emprender una acción, teniendo las informaciones necesarias pues, si no la conocemos no la podremos aplicar. El término limitación cognitiva refiere como nuestras decisiones responden a la influencia cultural, a nuestro estado emocional y la tendencia de seguir a las masas. Finalmente, el tiempo disponible para tomar la decisión, impactando en nuestro análisis, alternativas disponibles y otros factores que puedan afectar nuestra operatividad.
Con sus estudios, Kahneman sentó las bases para que la psicología y la economía se dieran las manos y juntas crearan más valor que separadas. En la próxima entrega, cómo esta relación sigue siendo un ganar-ganar para todos.