Al parecer, el presidente Danilo Medina no invitó a su homólogo chino Xi Jin-Ping a visitar la República Dominicana en gesto de reciprocidad. Ninguna información al respecto surgió de la conferencia de prensa que la delegación del gobierno ofreció, colofón del corto periplo por Asia, a la prensa acompañante, la cual pude observar desde Washington DC, vía la web Dicom.gob.do. Duró 37 minutos y la retransmití en mi programa de tv del pasado domingo.
Ocupó mi atención el hecho de que a ninguno de los talentosos reporteros, tampoco –desde luego- a los no talentosos, se le ocurriera preguntar al presidente Medina, quien se unió posteriormente al encuentro visiblemente cansado, si había invitado al presidente de la República Popular de China, Xi Jin-Ping a visitar nuestro país, acogiéndose así al principio de reciprocidad que rige las relaciones internacionales, según el cual el mandatario huésped de Estado suele invitar al anfitrión a recibir idéntico trato distinguido.
Claro, todo giró superficialmente en torno a los 18 acuerdos suscritos entrambos países, los cuales son importantes especialmente para la República Dominicana, pero de la intuición periodística tenía que surgir esa pregunta comprometedora que, en caso afirmativo, complementaría la histórica visita de Medina al gigante asiático.
Si se hubiera extendido tal invitación, el mandatario chino la hubiese acogido porque “nobleza obliga” en la diplomacia. Ambas cancillerías habrían sido encargadas de los preparativos del eventual viaje sin fecha.
Xi Jin-Ping ha viajado poco a la región latinoamericana, México, Cuba y Argentina lo han recibido. Guatemala, Panamá y República Dominicana deben figurar en su próximo itinerario.